Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1495

¿Cómo es que tenía tanto tiempo?

Al principio nos das oportunidades.

Ignoró por completo el mensaje.

Activó el modo avión de su celular y lo dejó a un lado.

Luego, se durmió en cuestión de segundos.

...

Bajo el silencio de la noche.

En un pequeño callejón, se encontraba una persona en el suelo.

Unos minutos antes, esta persona fue arrojada desde una furgoneta.

Los transeúntes que pasaban por el lugar y vieron a alguien tirado en el suelo, inicialmente quisieron acercarse para preguntarle si necesitaba ayuda o no, pero tan pronto como se acercaron, percibieron un fuerte olor a alcohol.

Era evidente que se trataba de alguien con una resaca.

Beber hasta tal punto en medio de la noche y terminar durmiendo en la calle en lugar de ir a casa.

Involucrarse con alguien así podría generarles algunos problemas.

Por esa razón, nadie intervino.

Además, era muy tarde y no había muchos testigos.

Así, la persona ebria continuó durmiendo en el suelo toda la noche.

A la mañana siguiente, el callejón cobró vida, y unos cuantos niños traviesos le propinaron un par de patadas.

Luego, los padres los detuvieron a tiempo y alguien intentó despertar a la persona tendida en el suelo.

Al final, el hombre en el suelo reaccionó.

Al abrir los ojos, su mirada estaba llena por completo de confusión.

Al darse cuenta de que había amanecido y que las personas frente a él no eran agresivas, sino preocupadas, comprendió en ese momento que estaba seguro.

Todavía recordaba el dolor de las patadas que recibió.

¿Serían esos hombres enviados por Haila?

¿Tal vez Haila había mandado a alguien para hacerle eso?

Se apresuró a salir del callejón, gritando desesperado: —¡Voy a llamar a la policía! ¡Haila, cómo te atreviste a hacerme una cosa como esta, esta si no te la voy a dejar pasar!

Sin embargo.

Antes de que pudiera salir del callejón, alguien lo detuvo de inmediato.

—Las deudas son deudas y como deudas se deben que pagar, me debes setecientos mil dólares, ¿y aún te atreviste a esconderte?

Lucas, sorprendido, miró al hombre del casino, y respondió incrédulo: —¡Yo no debo tanto!

—Mira tú firma y la huella que pusiste ¿no son setecientos mil dólares? —El tipo extendió un documento ante él.

En ese preciso momento, un escalofrío recorrió la nuca de Lucas y empezó a sudar. Si en ese momento no se daba cuenta de la situación, algo pues de cerebro le hacía falta.