Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1496

¡Habia caído en una trampa!

Lo habían engatusado para ir directo al abismo .

Haila era muy ingenua, después de conocerla durante tanto tiempo, él creía entenderla a la perfección. Fue su propio desespero y engaño lo que la hirió y provocó la separación entre ellos.

¿Acaso alguien ayudó a Haila a perjudicarlo?

Las otras chicas a las que había engañado también eran atractivas, pero comparadas con Haila, en realidad no eran nada.

De repente, recordó algunos amigos de Haila y el círculo social en el que se movía.

Parece que nunca había entrado ni comprendido ese mundo en el que se movía

Luego recordó que alguien había mencionado que el hermano de Haila era alguien adinerado, un individuo muy influyente en la ciudad A y uno de los pocos que en realidad no debías provocar.

De repente.

Lucas se dio cuenta de algo.

¡Era entonces el hermano de Haila!

—¿Ustedes fueron enviados por el hermano de Haila? ¿Fue él? ¡Sí, fue él! ¡Tiene segurito que haber sido él!

Recordando cómo estos últimos días habían surgido todos ese tipo de escándalos en internet, provocando un sinfín de problemas. El dinero que había estafado a Verónica debería haberle asegurado un futuro cómodo, pero luego fue seducido a ir al casino.

Poquito a poquito, había caído en la vil trampa de alguien más.

¡Ni siquiera había conocido al hermano de Haila y ya había sido manipulado!

De repente se dio cuenta de que detrás de todo esto había una fuerza oscura contra la que no podía luchar.

Una fuerza que podría destruirlo sin dejar rastro alguno.

El cobrador de deudas no prestó mucha atención a lo que Lucas le decía, y con el contrato de préstamo que requería una huella digital, golpeó furioso la cara de Lucas: —¿No puedes pagar la deuda, verdad? ¿Crees que no puedo hacerte encarcelar? No olvides lo que te hicieron anoche mientras te partían la madre.

Gente como Lucas, ahora diciendo que se arrepentían, solo estaba hablando sin sentido alguno.

Nadie le creería.

Lucas, desesperado y aterrado, respondió: —Si, claro que yo pagaré. Denme unos días por favor, ¡ya en unos días seguro les pagaré !

—En unos días, ya no será simplemente setecientos mil dólares. —El cobrador de deudas se burló.

Lucas casi se desmayó de desesperación: —Hoy, será hoy. Puedo conseguir el dinero hoy para pagarles.

—De acuerdo, pues un día tendrás para pagarnos.

...

Una noche pasó, y Verónica no durmió en toda la noche.