Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1501

¡Lucas no solo la engañó a ella con su dinero, sino también haciéndose pasar por otra persona!

Una hora más tarde, Verónica salió pálida de la estación de policía.

En el momento en que el sol tocó su piel, casi no pudo mantenerse de pie.

Los policías explicaron que necesitaban tiempo, que no era sencillo encontrar a alguien tan rápido, y además, Lucas tenía antecedentes. Recientemente, varias mujeres habían denunciado que Lucas las había engañado, tanto en dinero como en la parte emocional.

Actualmente, la policía estaba buscando pruebas y a Lucas.

Por supuesto, tras investigar, descubrieron que la cuenta de Lucas apenas tenía dinero, tal vez lo había perdido todo en apuestas o gastado en excesos.

Le advirtieron que se preparara, pues incluso si capturaban a Lucas, era posible que el dinero no pudiera recuperarse.

Al escuchar que el dinero no se recuperaría, Verónica quedó estupefacta.

Si no recuperaba el dinero, volvería a ser pobre, igual que hace tres años o, quizás no podría quedarse en la ciudad A.

—¡Lucas! ¡Eres despiadado! No tengo nada contra ti, te traté bien, confié en ti, ¡y aún así me engañaste de esta manera!

Verónica se derrumbó en el suelo y lloró desconsolada.

Después de llorar un rato, de repente pensó en Haila. Si Lucas la había engañado tan terriblemente, seguro Haila estaría en la misma situación y también estaría buscando a Lucas.

Desesperada condujo hacia la universidad de Haila.

Después de preguntar a varias personas, finalmente encontró a Haila.

Haila se sorprendió muchísimo al ver a Verónica: —¿Me estás buscando?

No conocía a esta persona, nunca la había visto antes.

Sin embargo, le parecía algo familiar.

No es de extrañar que le pareciera familiar, esta persona era Verónica, la misma que había dominado y engañado a Alejandro durante tres largos años.

Sin embargo, antes Verónica siempre se había vestido de manera elegante y deslumbrante, completamente diferente a su apariencia actual de pánico y ansiedad total.

Sin mirarla de cerca, era difícil reconocer que era la misma persona.

El rostro de Verónica se volvió aún más pálido: —¿Tú tampoco sabes dónde está?

—En serio no lo sé, y no quiero saberlo. Menos aún quiero tener algo que ver con él. —Dijo Haila, arrepentida de haber desperdiciado tiempo con él.

Verónica tambaleó un poco, luchando por mantenerse de pie: —¡Él me engañó, me robó todo mi dinero! Tengo que encontrarlo.

Haila se mostró sorprendida al oír esto: —Deberías... ir a la policía.

Al oír que Haila mencionaba ir a la policía, el rostro de Verónica se tornó aún más sombrío.