Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1565

No podía evitar pensar en ese momento en las palabras que el presidente Enrique había dicho la noche anterior, sobre lo que iba a hacerle, y sobre lo que estaba almacenado en ese disco duro. Cada detalle la hacía sentir despreciable, incluso la llevaba al borde del colapso.

Ella sabía que solo podía triunfar.

En cuanto a la esposa de Alejandro, solo podía pedirle disculpas.

La verdad no podía estar con el presidente Enrique.

Ayer buscó información sobre Ana, sabiendo que Ana venía de un origen humilde y ahora tenía un trabajo muy respetable, pero Ana también fue alguna vez la tercera en una relación, ¿no era así?

Antes de Ana, estaban Patricia y Valentina, quienes habían estado con Alejandro antes de que Ana apareciera. Si no hubiera sido por la aparición de Ana, Alejandro quizás se habría casado con su entonces prometida Valentina.

Al pensar en todo esto, su sentido de culpa disminuyó abismalmente.

Sentía que no era menos que Ana, incluso era más joven que Ana.

Alejandro poco a poco comenzaría a gustarle.

Pensando en esto, su corazón dio un vuelco total.

Diez minutos después.

En el avión.

En la primera clase, Alejandro y el asistente Eduardo acababan de sentarse, cuando Victoria entró.

Ella se sentó enseguida, y al igual que antes, permanecía callada como si estuviera sumergida en su propio mundo, con un aire algo perturbado y triste.

El asistente Eduardo se maravilló en silencio.

¿Una pequeña asistente podía sentarse como si nada en primera clase?

¿Por qué sentía que esta pequeña asistente tenía como objetivo a su presidente Alejandro?

—Presidente Alejandro, creo que esta joven le está prestando especial atención a usted, —le susurró el asistente Eduardo.

Alejandro se quedó por un momento pensativo.

Probablemente porque este tipo de situaciones habían ocurrido cantidad de veces, para él era algo común, y trataba a estas personas como si no existieran.

Pero el asistente Eduardo no lo veía así.

En su cabeza una y otra vez, una alarma resonaba sin cesar.

El asistente Eduardo también abrió los ojos.

Mirando pensativamente a Victoria.

La tensión era palpable en ella, con las palmas sudorosas.

Enseguida se quitó un amuleto de la suerte del cuello.

—Este es un antiguo objeto que mi abuela me dejó, se dice que ha sido pasado de generación en generación, parece que la piedra preciosa en la que fue tallado no es de muy buena calidad, pero está delineado en oro. Anteriormente no lo llevaba conmigo, esta vez es porque iba a acompañar al presidente Enrique en un viaje de negocios, y antes de partir, recordé este amuleto de la suerte, pero desde que lo llevo, siempre tengo horribles pesadillas, a veces las situaciones en las pesadillas se hacen realidad, así que tengo mucho miedo. —dijo Victoria mientras lágrimas de miedo brillaban en sus ojos.

La mano que sostenía el amuleto también temblaba ligeramente.

La mirada de Alejandro cayó justo en el amuleto de la suerte que brillaba en la palma de Victoria.

¿Sería un objeto malévolo?

¿Tal vez un objeto malévolo transmitido por los ancestros?

Nunca había oído hablar de algo así de Ana.

Viendo que Alejandro permanecía callado, Victoria mordió su labio de nuevo y continuó: —Sospecho que es como dicen en internet, un objeto malévolo, pero... Pero lo más sorprendente de todo esto, es que ni mi abuela ni mi madre han tenido este tipo de problemas.