Y en efecto, dichas palabras equivalían a una despedida.
Al pensar en la palabra "despedida", no pudo evitar sonreír irónicamente.
Porque a decir verdad nunca estuvieron realmente juntos, ¿qué importancia tenía hablar de una ruptura?
En el futuro...
Ella esperaba que Ignacio estuviera bien.
Al oír todo esto, Ignacio levantó la cabeza y miró directo hacia la puerta.
Sus miradas se encontraron justo en ese preciso momento.
El corazón de Teresa comenzó a latir más rápido, a pesar de que se conocían desde hace tanto tiempo y ya habían hecho todo lo que tenían que hacer, aún no podía controlar su corazón cuando lo veía.
En realidad, ella no era digna de él.
Después de todo, él la había visto en sus momentos más vergonzosos y sucios de su vida.
El hecho de que siguieran manteniendo esta relación tenía mucho que ver con Haila.
La verdad ya no quería forzarlo más.
Tampoco quería forzarse a sí misma.
—Muchas gracias por brindarme tantos recuerdos. —Dijo ella a Ignacio con una amplia sonrisa.
En el futuro...
Ellos tenían que desearse lo mejor el uno al otro.
Esperaba que Ignacio encontrara a alguien que en verdad le gustase y formara una familia feliz, nunca pensó que Ignacio pasaría toda su vida sin casarse, solo que aún no había encontrado a la persona que en serio le moviese el piso.
De repente, Ignacio se levantó.
Caminó hacia ella.
Ambos estaban muy familiarizados con el cuerpo del otro.
Pero Teresa aún no podía mirarlo a los ojos a Ignacio, temía arrepentirse, estaba demasiado apegada a cada momento que pasaba con Ignacio.
Habiendo experimentado la peor familia biológica posible, si se casaba con alguien a quien no amaba, su matrimonio será infeliz, preferiría estar sola toda su vida.
—No, tenía que haber algo. Dilo de una buena vez. —Ignacio sé enfureció.
Al ver la actitud firme de Ignacio, Teresa de repente sintió una sensación irreal, como si a Ignacio ella le importara...
Pero pronto se negó a sí misma.
Sacudió la cabeza y dijo: —No ha pasado nada, solo que no quiero seguir así, quiero vivir como una persona normal. Estos más de dos años han sido por mi insistencia, sé que si no fuera por Haila, tal vez ya me habrías hecho irme. Lo sé, no te preocupes, no dejaré que Haila sepa sobre nuestra relación. En el futuro trataré de evitar verte, y entonces no será incómodo.
Dicho esto, ella se dirigió a la habitación.
Ella estaba muy familiarizada con la casa de Ignacio.
De hecho, es un gran apartamento en el centro de la ciudad donde solían estar juntos, Ignacio por lo general no vivía aquí.
Ignacio miró a Teresa irse con expresión impasible.
Después de un momento, tomó otra profunda inhalación de su cigarrillo... convencido de que ella tenía que estar escondiendo algo.
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