Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1684

Ana escuchó que Beatriz respondía con cierta frialdad.

—Oh, confundir a alguien es normal.

—Porque esa persona salía del hotel con el presidente Mauricio, y su estilo de vestir e incluso su peinado eran casi idénticos a los tuyos. Incluso llegué a llamarla señora Beatriz, ¡qué gran equivocación!

Algunas palabras de la mujer hacían fruncir el ceño a quien las escuchaba.

Beatriz guardó silencio por unos segundos.

Ana también frunció el ceño, justo cuando pasaba por un semáforo en rojo y pisaba el freno.

Beatriz dijo: —Qué coincidencia.

Tal vez por la frialdad en el tono de Beatriz, la mujer, llena de ganas de chismear, prefirió no seguir hablando y, con una risa incómoda, se despidió.

Después de unos segundos de silencio, Beatriz volvió a hablar con Ana sobre Josefina. —Me encontré con una persona molesta, mejor hubiera sido no salir de compras hoy, los centros comerciales de aquí no son tan buenos.

Ana no preguntó más, solo se rió y respondió: —Cuando vuelvas, iremos de compras juntas.

—¡Trato hecho! Probablemente el próximo año encuentre un momento para volver —El tono de Beatriz revelaba su añoranza por su tierra natal; realmente deseaba volver a casa.

Ambas conversaron un poco más, pero Beatriz claramente no estaba en su mejor momento y pronto terminaron la llamada.

Ana podía sentirlo, pero hasta que Beatriz no se lo compartiera, ella no preguntaría.

Ambas habían vivido muchas cosas, visto tantas situaciones, y podían enfrentarse a casi cualquier cosa.

Además, Beatriz, estando en el extranjero y habiendo visto y vivido tanto, Ana sabía que preguntar solo aumentaría las preocupaciones de Beatriz, y confiaba en los sentimientos de Mauricio hacia Beatriz.

—

Después de colgar, Beatriz sostuvo su celular, visiblemente distraída.

Tras reflexionar seriamente por un momento, se colgó al hombro el bolso de marca que acababa de comprar y salió directamente del centro comercial.

Nunca había sido alguien que se dejara pisotear sin responder.

Cuando la gente de la empresa la vio, la saludaron con un "señora", y ella, sabiendo en qué piso trabajaba Mauricio, se dirigió directamente allá.

Justo cuando las puertas del ascensor se cerraban, escuchó a alguien decir. —Juana realmente se parece mucho a la señora...

¿Juana?

Ese nombre había surgido en conversaciones frente a ella en los últimos días, pero no esperaba que la mujer de hoy usara a esa persona para molestarla.

Claro, en el círculo español del país de Piedraplata no era muy grande, todos estaban algo conectados.

Las noticias sobre los acontecimientos se esparcían rápido.

Realmente no le gustaba socializar con esas personas que siempre estaban chismeando sobre los demás; tenía muchas otras cosas que hacer.