Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1711

—Ok.

Después de colgar, Ana se quedó pensativa.

¿Acaso Silvio no había logrado calmar a Gisela?

Cuando Gisela había venido a darle clases a Josefina hace un par de días, todo parecía normal.

Después de todo, eran asuntos personales de otros, y ella nunca había preguntado sobre estos temas.

La curiosidad solo dio una vuelta en su mente antes de que su mirada se posara de nuevo en Alejandro y Josefina.

El padre y la hija, al verla, la saludaron alegres.

Ella respondió con un gesto similar.

—¿Ves a esa persona, la que está jugando en el tobogán con la niña? ¿No te parece que se parece al jefe de nuestra compañía, Alejandro?

De repente, se escuchó una conversación entre unas chicas detrás de ella.

Las voces eran altas y, a pesar de la distancia de dos metros, se escuchaban con claridad.

Lo que más importaba era que habían mencionado el nombre de Alejandro.

Ella sonrió, algo divertida por la coincidencia de encontrar a empleados de Alejandro en el complejo durante el fin de semana.

—¿Dónde... es en serio el jefe Alejandro!

—¿Vas a saludarlo? Parece que ha venido a jugar con su hija. Nunca me imaginé que una persona tan impresionante como esta también pudiera ser tan cariñosa con su hija, y además... ¡qué buen físico tiene!

—Quizás su esposa también esté aquí, mejor no me humillo saludándolo.

—¿No me dijiste que estabas intentando acercarte a él? Solo lo había visto en algunos reportajes antes, pero ahora que lo veo aquí, me doy cuenta de que tu gusto es impecable. Antes me reí de ti cuando dijiste que querías ser su amante secreta, incluso pensé que estabas loca, pero ahora retiro lo dicho. ¡No solo como amante secreta, sino que incluso aceptaría ser una aventura de una noche!

Escuchando a su amiga, Tania suspiró nerviosa: —Cuando estuve de viaje de trabajo hace poco, intenté acercarme a él activamente, pero quizás fui demasiado sutil y él no captó mis señales.

—Los hombres suelen siempre tener ciertas dificultades para cortejar a las mujeres, ¡pero para una mujer cortejar a un hombre es demasiado fácil! Déjame pensar en algo para ti. Tania, mira, la mujer que está sentada delante de nosotros, ¡Dios mío, qué figura tan impresionante! Aunque lleva un traje de baño que no es revelador, no puede ocultar su buena figura, ¡qué envidia!

Tania pensó con envidia que esa mujer no tenía un busto tan prominente como el suyo.

—¿Que va…? Tampoco es para tanto. —Hizo mala cara y desvió la mirada, sintiéndose un poco mal.

Especialmente al ver al jefe Alejandro tan amoroso con su hija, cuanto más cariñoso era con su hija, más claro quedaba su compromiso con su esposa.

Si la familia era feliz, era casi imposible que él buscara algo nuevo.

Ana había escuchado con atención toda la conversación de Tania y su amiga detrás de ella. Si hubieran estado hablando de otra persona, podría haberlo tomado simplemente como otro casual episodio interesante para observar, pero discutían cómo convertirse en la amante de su esposo o tener solo una aventura con él.

A pesar de los años de matrimonio con Alejandro, no dudaba del creciente encanto de su esposo.

Ciertamente, no eran pocas las mujeres que mostraban interés en él.

Si no había escuchado mal, ¿la empleada que mostraba ese profundo interés en Alejandro se llamaba Tania?

Justo en ese momento, Josefina la llamó agrito entero: —¡Mamá, ven a jugar!