Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1851

Y luego, la situación se complicó demasiado.

—Hace frío...

Murmuraron dos mujeres, acurrucadas y todavía aturdidas por lo sucedido, después de que Josefina las golpeara sin contención alguna.

Dos sirvientes se miraron sorprendidos el uno al otro.

Y sin dudar, se quitaron sus abrigos y los pusieron apresurados sobre las mujeres, luego las cargaron y corrieron hacia donde estaba Mercedes.

En ese preciso momento, Mercedes dormía a pata suelta.

Soñando que Bernardo también se había convertido en un discapacitado.

Justo cuando las cosas parecían ir como ella quería, Mariana de repente la despertó.

A medio despertar, Mercedes comprendió enseguida lo que había sucedido.

Al ver a las dos hermosas mujeres arrodilladas frente a ella, Mercedes se irritó.

—¿Cómo es posible que ustedes, que desde jóvenes han aprendido a servir a los hombres, no puedan manejar a un simple muchacho que nunca ha tocado a una mujer? ¿Cómo permitieron que él las noqueara y las arrojara fuera?

Bernardo, ¿qué edad tenía?

Este muchacho encerrado en el patio durante años, criado como un animal doméstico, ¿qué podría entender? ¿Qué paciencia podría tener? ¿Cómo era posible que pudiera resistirse tan fácilmente a dos bellezas tan deslumbrantes como esas dos?

¿Quién creería algo así?

Las dos mujeres que acababan de ser llevadas de vuelta aún no estaban conscientes por completo en el camino.

Ahora ya estaban bien despiertas.

Y ahora las dos estaban extremadamente aterradas y asustadas.

Estaban desesperadas tratando de explicarle todo lo sucedido a Mercedes.

Habían visto muchos hombres que no escondían sus verdaderos deseos, bestias en forma humana, pero nunca habían visto a alguien como Bernardo que pudiera resistirse de esa manera.

¡Era algo ilógico!

Mariana habló en voz baja: —Señora Mercedes, el señor Bernardo ha demostrado ser extremadamente resistente a lo largo de los años. Mire, incluso habiendo pasado hambre por varios días consecutivos, nunca se arrodilló ante usted para pedir comida. Por eso, creo que lo que dicen es verdad. Tal vez debería investigar a fondo sobre esa tal Josefina que mencionan las chicas. ¿Es posible que alguien en el patio se esté acercando a escondidas al señor Bernardo sin que usted lo sepa? ¿No cree?

Mercedes, después de reflexionar un poco, se dio cuenta de que había algo de verdad en eso y miró de reojo a las dos bellas mujeres con una expresión severa: —Ustedes salgan ahora, y no hablen de lo sucedido esta noche con nadie.

—Sí, señora Mercedes, así lo haremos.

Una vez que se retiraron, Mercedes volteó su atención hacia Mariana.

—Bernardo ha sido criado como un animal salvaje todos estos años, ¡y aún tiene una fuerza impresionante de voluntad! Ahora me arrepiento de haberlo mantenido hasta este momento. El señor Benito ahora planea que Bernardo comience a socializarse, no puedo simplemente esperar a que suceda algo. Ve y averigua quién ha estado viéndose a escondidas con Bernardo, si es que alguien le ha estado dando consejos sin que yo lo sepa. —Ordenó de inmediato Mercedes.