Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 263

Las empresas que respaldan a estas personas son todas socias del grupo.

Además, tienen buenas relaciones con el presidente García.

Parece que algunas de ellas acordaron venir aquí juntas para pasar el rato.

Ana, que caminaba al frente.

Escuchó un ruido detrás de ella.

Miró hacia atrás y sus ojos se encontraron con los de Alejandro.

Ambos actuaron con mucha discreción, fingiendo no conocerse en absoluto frente a los demás.

No hubo ni una chispa en sus miradas.

—¡Vaya, es Alejandro! Mira, ¿no crees que te estaba mirando? Tengo una extraña intuición, siento que tú y él podrían tener algo,—comentó Beatriz sin tapujos, comenzando a fantasear con la pareja.

Le parecía que la imagen de los dos juntos era realmente cautivadora.

Ni siquiera esos empalagosos programas de citas o las parejas ficticias de las estrellas eran tan fascinantes como ellos dos.

—¿Dices que Anita y Alejandro? ¡Pero si ni siquiera se conocen! ¿Cómo va a ser posible? Además, no creo que Alejandro sea una buena opción. Las familias ricas no son un buen lugar, casarse en ellas implica muchas complicaciones, hay demasiadas reglas. Y en ciudad A hay un montón de señoritas de alta sociedad que quieren casarse con Alejandro. Incluso si Anita es muy destacada, lo mejor sería no meterse en esas aguas turbulentas. Esas familias adineradas tienen aguas profundas.

Respondió Manuel, descartando de inmediato las ideas de Beatriz.

Ana se sintió un poco culpable.

Ya está casada, pero no sabe si se ha metido en aguas turbulentas o no, y ahora parece que ya no hay vuelta atrás.

En ese momento, recibió un mensaje de Alejandro en su teléfono:—¿Cenamos juntos esta noche?

Ella respondió:Vale.

Luego le preguntó a Manuel:—Hermano, si de verdad me casara con Alejandro, ¿me aconsejarías que me divorciara?

Manuel quedó claramente sorprendido por la pregunta.—No he pensado en esa posibilidad. Ni siquiera lo conoces, solo se han visto en una cancha. Ni siquiera han llegado al matrimonio, menos al divorcio.

—Anita, no te metas demasiado en el papel,—advirtió Beatriz.

Hoy, las fotos del falso certificado de matrimonio dicen algo. Anita parece estar metida en el papel.

Así que la visita en persona fue solo para comparar.

No tenía mucho tiempo, así que eligió un apartamento de cuatro dormitorios, con el que estaba satisfecha tanto con la distribución como con las áreas verdes del conjunto. Pagó la reserva de inmediato.

Era un apartamento de cuatro habitaciones, con un precio total de un millón quinientos mil dólares.

Tenía unos cuantos cientos de miles de dólares, y decidió pagar la mitad y financiar el resto.

Después de completar esta tarea importante, condujo directamente hacia el restaurante donde había quedado con Alejandro.

Estaba tan feliz por haber alcanzado uno de sus sueños que no podía esperar para compartirlo con su madre adoptiva y los demás.

Esperaría hasta la próxima semana, cuando pagara la entrada y recibiera la propiedad, para contárselo.

No se dio cuenta de que un coche la había estado siguiendo desde que visitó el primer proyecto inmobiliario.

Solo cuando Ana aparcó frente a un restaurante de estilo europeo y vio el coche estacionado al lado, se dio cuenta de que ese coche había estado presente durante todo el camino.

¡Alguien la estaba siguiendo!