Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 274

Sara rodó los ojos sin decir nada, ya que su hijo no estaba presente y no tenía necesidad de fingir. Estaba esperando a que Ana se reconciliara con su hijo, para que luego Ana viniera al hospital a cuidarla.

¿Qué trabajo?

¿Qué trabajo podría ser más importante que ella? Cuando su hijo fuera a trabajar, Ana tendría que quedarse en casa para cuidar de ella y de su hijo.

Una vez que Ana estuviera frente a ella, sabía exactamente cómo disciplinarla. Después de todo, ya la había disciplinado muy bien antes.

Carlos colgó el teléfono y se dirigió al edificio de Grupo Pérez.

Hoy habían cambiado al guardia de seguridad, quien no reconoció a Carlos de su visita anterior en busca de Ana.

—Quiero ver a Ana, por favor, llámala,—dijo Carlos al guardia.

El guardia se quedó perplejo por un momento.—Hoy no he visto a Ana, creo que ha tomado el día libre.

Parecía haberlo oído mencionar en recepción.

Carlos se sorprendió.—¿Tomó el día libre? Hoy es lunes. Si no tuviera nada importante, definitivamente habría venido a trabajar.

Pensó que Ana había dado instrucciones al guardia para que lo detuviera, para que cuando él llegara, simplemente le dijeran que no estaba.

Ella realmente estaba decepcionada de él.

Si ese era el caso, él esperaría.

Faltaban unas dos horas para que terminara la jornada laboral, y en ese momento quería ver cómo planeaba Ana evitarlo.

—Podrías llamarla, ver si le ha pasado algo,—sugirió el guardia.

Si sabía que ella no había venido a trabajar, ¿no debería llamarla él mismo para confirmarlo? ¿Por qué le preguntaba a él?

Era algo incomprensible.

—Claro que la tengo. Mira tu WhatsApp, te he enviado un video. Disfrútalo. Carmen, Carmen, pareces tan inocente por fuera, pero quién iba a pensar que eres capaz de hacer cualquier cosa —Carlos realmente estaba asqueado por Carmen.

Y era insaciable.

¡Qué asco!

—Carlos, ¿estás buscando problemas? Ya te transferí el dinero para que borraras el video, ¿quieres que te demande y te mande a la cárcel para que estés satisfecho?—Carmen estaba furiosa con las acciones de Carlos.

Le pagó y él no borró el video, ¿realmente pensaba que Carmen era tan fácil de chantajear? ¿Extorsionarla una y otra vez?

Si se trataba de jugar sucio, las artimañas de Carlos no eran nada frente a ella.

—El video anterior lo borré. Este es un video nuevo. Cada vez que lo veo, me repugna más, así que te lo envié para que lo disfrutes tú misma. Esta vez el precio es menor: cien mil dólares. Dame cien mil dólares y borraré el video,—Carlos no dudó en ponerle un precio.

—Carlos, será mejor que te asegures de que el video que enviaste valga cien mil dólares, ¡porque si no, no te lo perdonaré! —Carmen le lanzó una amenaza llena de ira.