Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 297

—Claro, mamá es nuestra madre, pero también es una mujer. Mamá es naturalmente hermosa, y con estos detalles adicionales, seguramente se verá aún más bonita.

—La hermana tiene razón. Mamá ha trabajado duro por nosotros durante tantos años, ahora debería pensar más en sí misma. Ya hemos crecido, podemos cuidarnos, así que dejemos que mamá viva felizmente como ella quiera.

Cuando él empiece a trabajar y a ganar dinero, también comprará a su madre todo tipo de productos para el cuidado de la piel, ropa y bolsos.

Lo que las demás madres tienen, su madre también debe tener.

Los dos hermanos bajaron las escaleras y, al poco tiempo, subieron con muchas cosas.

—¡Mi hermano realmente ha crecido!

Ana le dio una palmada en el hombro a Javier, sintiendo un orgullo genuino por tener un hermano que está madurando. Mira, su hermano no solo es un genio en los estudios, sino que también es trabajador. Cargando un montón de cosas mientras sube las escaleras, sin ponerse rojo ni quedarse sin aliento, tiene una condición física excelente.

—Pronto iré a la universidad, por supuesto que he crecido. De ahora en adelante, si tienes algún problema, hermana, puedes contar conmigo. Si alguien se atreve a molestarte, puedo enfrentarme a dos de ellos.—Javier levantó los brazos, mostrando sus músculos.

Aunque generalmente tiene una carga de estudio pesada, nunca descuida el ejercicio.

Sus dos hermanos mayores tienen una gran condición física, así que él no puede hacer quedar mal a la familia.

Ana se rió,—Entonces, entrena bien, ¡te creo!

—Voy a ayudar a mamá.—Ana se dirigió a la cocina.

Al ver a Elena ocupada en la cocina, Ana sintió un poco de pena,—Mamá, deja que yo termine de cocinar los platos que faltan. Tú ve a la sala a probar la ropa y los zapatos que te compré.

—¿Por qué me has vuelto a comprar cosas? A mi edad, ya no me importa tanto la apariencia, no importa qué me ponga. Tú estás en la edad de disfrutar de la moda, deberías comprarte más ropa.—Elena sabía que Ana era muy filial, pero precisamente por eso, le dolía especialmente el corazón por su hija.

—¿Qué tiene de malo que una hija le compre ropa a su madre? Yo estoy en la edad de disfrutar de la moda, pero tú también, mamá. Anda, ve a probarte, yo me encargo del resto.—Ana empujó a Elena fuera de la cocina.

Cuando entró, vio que solo quedaban tres platos simples por cocinar.

Elena, viendo que Ana estaba decidida, no tuvo más remedio que quitarse el delantal y salir.

Al ver la sala llena de ropa, zapatos y productos de cuidado de la piel, Elena se sorprendió,—¿Compraste tanto?