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Carmen no esperaba encontrarse justo con Francisco y Manuel. Apenas había logrado recomponerse cuando decidió volver a tocar la puerta.
Al notar la frialdad con la que ambos la trataban, en su mente los maldijo con palabras poco amables, pero en la superficie mantenía una sonrisa radiante y dijo:—Vine a ver a mamá, y también quería ver a mis dos hermanos.
Francisco se sorprendió al ver el cambio radical en la actitud de Carmen en comparación con antes.
Manuel soltó una risa sarcástica:—Ofreciendo tus atenciones sin razón, ¿por qué no lo hiciste antes? Hoy no eres bienvenida, si quieres venir, que sea otro día.
Toda la familia estaba reunida alegremente, y Carmen no tenía cabida allí.
Carmen apretó los labios, con los ojos enrojecidos.—Ustedes son mis hermanos, no es un error querer verlos. Sé que antes cometí errores, ahora lo reconozco y espero que puedan perdonarme.
—Hermano mayor, realmente me doy cuenta de mis errores, ustedes son mi verdadera familia.— Carmen miró a Manuel con sinceridad.
Francisco, al escuchar el "hermano mayor", sintió algo indescriptible en su interior. Frunció el ceño y dijo:—Hoy realmente no es un buen día para recibirte, mejor vuelve otro día.
Carmen apretó los labios, y una lágrima rodó por su mejilla de manera lastimera.—Entiendo que no me quieran aquí, está bien, me voy ahora mismo.
Justo cuando estaba a punto de girarse y marcharse, la puerta detrás de ella se abrió de repente.
Elena estaba en la entrada, sorprendida al ver a Carmen.—¿Carmen?
Había escuchado lo que parecían ser las voces de Francisco y Manuel hablando afuera, así que decidió abrir la puerta.
—Mamá, yo... vine a verte.—El corazón de Carmen dio un vuelco de alegría. Hacía un momento estaba pensando que, después de que Francisco y Manuel entraran, llamaría a Elena.
Se quejaría un poco para ganarse su simpatía.
Tal vez incluso saldría ganando con esta situación.
Elena se alegró bastante al ver a Carmen.
Pero Anita también estaba allí ese día; toda la familia había decidido reunirse.
Después de todo, a los otros hijos no les gustaba mucho Carmen.
Elena no supo cómo responderle a Carmen por un momento.
—Mamá, ¿ya han llegado el hermano mayor y el segundo hermano?
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