Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 504

—Sí, mi trabajo es muy aburrido. ¿Tú también montas motocicleta?— preguntó Ana.

La joven, con los ojos brillantes y sin percatarse de que el tema había cambiado, respondió: —Sí, también sé montar y soy bastante buena, aunque no al nivel de Pablo, pero sin duda no seré un estorbo.

—¡Qué bien!— Ana asintió con aprobación.

La joven se sonrojó. —¿No crees que montar motocicletas es irresponsable?

—No, es solo un pasatiempo para ustedes; el mío es ver programas de variedades y series de televisión, ¿no es eso más irresponsable? Lo importante es ser feliz, no hacer daño a los demás ni ponerse en riesgo,— respondió Ana de manera casual.

Los ojos de la joven se iluminaron. —Ah, recientemente vi un programa de telerrealidad sobre relaciones amorosas; me encantó una pareja de allí, el protagonista masculino monta motocicleta, ¡es muy genial!

—Me gusta eso también, y también me gusta el protagonista masculino...

Pablo salió del baño, vio el mensaje de WhatsApp de su amigo y salió corriendo del edificio como un cohete.

Estaba preocupado por que Ana fuera intimidada.

—Haila, te digo, no me importa que no te guste otra gente, solo te considero una buena amiga!

Pablo salió corriendo del edificio y, al ver a Ana y a Haila Ferreira, gritó directamente a Haila.

Se adelantó y atrajo a Ana hacia atrás para protegerla.

La mujer que amaba, aunque solo fuera su buena amiga, no permitiría que nadie la intimidara; ¡rompería relaciones con cualquiera que lo hiciera!

Haila estaba aturdida por el grito. —¿Qué estás haciendo?

—No pienses que Ana es fácil de intimidar y vengas a hacerlo, ¿no recuerdas lo que te dije? Dije que no me gustas, que no me gustas, te considero una buena amiga y eso es lo que eres,— Pablo la miraba defensivamente.

Habían estado jugando juntos durante años; Pablo conocía bien el temperamento explosivo de Haila.

Y el hermano mayor de Haila era un mafioso.

Uno podría imaginarse las cientos de formas en que Haila podría intimidar a alguien.

Demasiado culpable.

—Señorita Anita, primero te agregaré a WhatsApp y acordaremos el tiempo,— dijo Haila a Ana.

Temía que si seguía hablando se descubriría.

Si la señorita Anita descubriera su verdadera personalidad, podría despreciarla.

Ella finalmente había encontrado a una chica que le gustaba, tenía que dejar una buena impresión, ¿no es así? Justo estaba buscando una cuñada. La primera vez que se encuentra con la cuñada de sus sueños.

No le gustaba ninguna de las mujeres que rondaban a su hermano.

—Está bien,— Ana respondió sonriendo.

Pablo fue completamente ignorado.

Después de que Haila se fue, Pablo dijo a Ana: —¿Realmente no te presionó ni amenazó? ¿Cómo es que dices que es amable?