Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 610

Los ojos del amigo se abrían cada vez más, mirando a Manuel con incredulidad. —¿Qué pasa? ¿Por qué de repente tienes tanto interés en Alejandro?

—¿No será que también estás buscando alguien en quien apoyarte?!

Después de tanto tiempo en este círculo, es normal que el corazón se tuerza un poco.

Al fin y al cabo, no lograr la fama mientras ves a otros que son mucho menos talentosos que tú haciéndose famosos, puede hacer que incluso la mente más estable se desequilibre.

Sin embargo, que la persona que tenía esos pensamientos fuera Manuel, era realmente sorprendente.

Manuel frunció el ceño. —¿Qué estás pensando? Si quisiera seguir ese camino, ya lo habría hecho. ¿Para qué esperar hasta ahora? Solo estaba preguntando.

Él solo temía ser visto como un objetivo por Alejandro.

Ahora, algunas personas de las altas esferas son demasiado liberales.

Las cosas obvias son fáciles de evitar, pero aquellas ocultas en las sombras son difíciles de detectar y resistir.

Su carrera finalmente estaba tomando un buen rumbo, y definitivamente no podía permitir más contratiempos.

El amigo alzó una ceja, inmediatamente preguntando con curiosidad en voz baja: —No mencionarías a Alejandro sin razón, dime, ¿viste algo?

Los chismes sobre Alejandro no son conocidos por todos.

Y si realmente hubiera sucedido algo, con la velocidad del equipo de relaciones públicas de Grupo García, lo resolverían muy rápidamente y evitarían que se difundiera la noticia.

Así que estas cosas no llegaban a sus oídos.

Manuel se encogió de hombros. —Solo me dio curiosidad, escuché a alguien mencionar a Alejandro en el ascensor.

—De hecho, no te lo voy a ocultar, también he oído que Alejandro no se acerca a las mujeres, me pregunto si le gustarán los hombres, porque todos sus asistentes son hombres,— dijo el amigo en voz baja.

Manuel tensó más los músculos de su rostro, sintiéndose incapaz de seguir sentado. —Voy al baño un momento.

—

Una hora más tarde.

Ana y Alejandro terminaron la cena.

Al salir, Alejandro tomó de las manos de Ana la bolsa de compras.

—¿Qué hay dentro?— Alejandro preguntó como si fuera una cuestión casual.

Debido a su destacado carisma, era difícil no notarlo.

Cualquiera que pasara por el baño podía ver a Alejandro.

Manuel justo salía del baño cuando vio a Alejandro, y su rostro se puso pálido del susto.

Y Alejandro también vio a Manuel en el mismo instante.

No era extraño encontrarse dos veces en el mismo restaurante.

Pero...

¿Es que él es tan aterrador?

¿Por qué Manuel parecía tan horrorizado al verlo?

—Qué coincidencia, nos encontramos de nuevo.— Alejandro estaba de buen humor hoy, y eso también mejoró el tono con el que hablaba.

Pero Manuel abrió mucho los ojos, más aterrorizado que antes, y asintió con rigidez, —Coincidencia.

¿Podrían encontrarse incluso yendo al baño?