Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 622

—Ninguna otra mujer puede compararse con Ana, ¡en mi corazón solo está Ana!

Carlos tiene una profunda obsesión.

—¿Estás loco? Mira cómo Ana ya te ha olvidado, cómo me trataba antes y cómo me trata ahora—, exclamó Sara, muy enojada y decepcionada.

Carlos mantenía sus labios apretados, firme en su declaración: —las otras no son Ana, mamá, yo solo quiero a Ana.

Si Ana no está en mi vida futura, entonces todo pierde sentido.

—Ana es realmente despreciable, ¿qué te hizo exactamente para que estés tan obsesionado con ella?—, preguntó Sara, a punto de explotar de ira.

—Haré que vuelva a estar conmigo—, afirmó Carlos con tono resuelto.

Mientras pueda hacer que Alejandro deje a Ana, encontrará la manera de traerla de vuelta a su lado.

—

Fin de semana.

Elena se levantó temprano para ir al mercado a comprar verduras.

Francisco había regresado a casa la noche anterior y había prometido que prepararía el almuerzo con Elena.

Mientras Elena seleccionaba las verduras, preguntó: —¿Sabes si Anita va a traer a alguien? ¿No será uno de sus compañeros de piso, será su nuevo novio?

Desde que supo que Carlos había traicionado a Anita, temía que Anita no se atreviera a enamorarse de nuevo.

Le dolía pensar en su hija.

Anita merece que alguien la trate con sinceridad.

—Es su nuevo novio, ya lo había visto antes, pero como estaba en período de observación, no le dije nada a mamá—, Francisco ya no ocultaba nada.

Dado que Anita había traído a Alejandro a casa, eso significaba que su relación era estable.

Manuel, que acababa de regresar, se apoyó en la puerta y preguntó a Francisco: —¿Cuándo lo viste? ¿Por qué Anita no me lo ha dicho?

—Hace poco—, respondió Francisco de manera concisa.

Manuel sentía celos, —parece que no tengo ningún lugar en el corazón de Anita.

—Estás ocupado todo el día, incluso filmando, Anita siempre ha preferido contarle sus problemas a Francisco desde que era pequeña, ¿de qué tienes celos? Ve a lavar las verduras, hoy Anita trae a su novio, todos compórtense bien, no lo asusten. O tal vez asustarlo sea bueno, así no se atreverá a hacerle daño a Anita—, dijo Elena impaciente a Manuel.

Manuel se tocó la nariz, aceptando que quizás realmente no tenía motivos para estar celoso de que Anita no le contara cosas.