Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 686

Ana se sorprendió al despertar de repente.

¿No estaba aún inconsciente hace un momento?

—¡Qué momento para despertar! Ya eras lo suficientemente hermosa con los ojos cerrados, ahora que los abres, Dios mío, ¡eres más bella que cualquier estrella que haya visto!

—Sí, realmente eres muy hermosa.

—Dejen de decir tonterías, ya no puedo aguantarme.

Los ojos de varios hombres detrás de sus máscaras brillaban como los de lobos hambrientos, codiciosos y obscenos, escrutando a Ana de arriba abajo como si fuera una presa, considerándola un trofeo en su poder.

—¿Sabes quién soy? —La voz de Ana era increíblemente tranquila y no mostraba signos de pánico.

En ese momento, si hubiera sido otra chica, ya estaría aterrorizada, llorando y suplicándoles que la dejaran ir.

Tan aterrorizada como un conejito, que invita a ser acosado sin piedad.

Pero la mujer frente a ellos, deslumbrante a la vista y que parecía tener solo unos veintitrés años, mantenía la calma como si simplemente preguntara cómo estaba el tiempo hoy.

La pasión en los corazones de los hombres se apagó un poco y giraron sus cabezas hacia uno de ellos que estaba junto a la cámara.

El hombre junto a la cámara, con sombrero y máscara, dijo: —¿Qué mujer no hemos tocado antes? La destruiremos, ¿y qué podrá decir ella cuando salga? Tenemos el video, no se atreverá a hablar mal afuera, no te preocupes.

Eso tiene sentido.

Ana sintió pánico en su corazón, pero su tono seguía siendo muy tranquilo, con un toque de prueba: —La persona que los contrató para secuestrarme, podría adivinar quién es, y la gente a mi alrededor también podría hacerlo.

—Esa mujer es extraña, ¿no es demasiado tranquila? —Uno de los hombres la examinó con los ojos entrecerrados.

Esta situación les causaba cierto temor.

Nunca se habían encontrado con algo así.

Estas personas tienen muchos deseos, pero temen a la muerte.

—¡Cómo no va a haber diferencia! ¡Estás poniéndonos en peligro!

Ana bajó los ojos, recogiendo palabras útiles de lo que decía el hombre enmascarado.

Evidentemente, alguien había instruido a estos hombres para secuestrarla.

¿Quién estaba detrás del hombre enmascarado?

Ella había observado los alrededores; estaba en una fábrica abandonada, y el único mobiliario era la gran cama donde ahora yacía.

También había varias luces cegadoras y cámaras.

Era un secuestro premeditado.

Un secuestro dirigido específicamente contra ella.

Traer a estas personas para humillarla, incluso para grabar un video, indicaba que no era algo simple. ¿Quién la odiaría tanto? O quizás, ¿quién se sentiría amenazado por su presencia? Ana pensaba rápidamente.