Resumo de Capítulo 70 – Uma virada em Mis Tres Tesoros Más Preciados de Internet
Capítulo 70 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Mis Tres Tesoros Más Preciados, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura amor después del matrimonio, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Cuando Esme terminó su oración, se escuchó la risa burlona por todos lados y, las dos mujeres a su alrededor, dijeron de manera maliciosa: “¿Cuándo cayó el restaurante Lacy tan bajo? Deberíamos hacer que los guardias de seguridad la saquen inmediatamente. Ey, muchacha, este no es un lugar para que hagas esas cosas”. A decir verdad, como las voces de esas mujeres eran tan fuertes, atrajeron rápidamente la atención de las personas a sus alrededores y, en poco tiempo, Eliza estaba rodeada por una multitud de personas que la miraban con desprecio y hacían comentarios personales sobre ella.
A pesar de todo ello, Eliza no estaba enfadada; por el contrario, miró a Esme y a las demás personas con confusión y, le preguntó inmediatamente: “¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué voy a ofrecer”. Tras ver que la mujer no entendía lo que quería decirle, Esme le aclaró de inmediato: “Quiero decir que estás acá porque vendes tu cuerpo a los hombres. Los seduces para que recibas un poco de dinero”.
Por su parte, una de las mujeres que estaba tras de Esme, sonrió de manera burlona y le explicó: “¿Por qué? ¿Nunca has oído hablar de este trabajo?”. Justo cuando escuchó eso, una elegante sonrisa apareció en el delicado rostro de la mujer y, mirando primeramente a las mujeres y luego a Esme, Eliza les dijo: “Oh, ya veo, a eso se referían. Esme, sé que antes vivías en los barrios mal habidos y, aunque solías ser un matón, ahora eres parte de la familia Lawson; así que, será mejor que no vuelvas a usar esa clase de palabras en el futuro”.
Después de decir eso, Esme frunció ligeramente el ceño y, mirándola furiosamente, le dijo: “¡Eliza! ¿Qué quieres decir con eso?”. Tras escuchar ello, Eliza le dirigió una mirada fija e inocente y, le dijo de inmediato: “Esme, sé que no te gusta que tu hermana mayor te eduque; pero, aun así, deberías tener cuidado en ocasiones como estas, no puedes ser tan descuidad al hablar. Además, aunque no hayas terminado tu escuela secundaria, te hayas saltado clases y bebieras sin control, ahora que has regresado a la familia Lawson, debes cambiar tu forma de hablar; pues, si no puedes hacerlo, realmente puedes tener muchos problemas”.
Las palabras de Eliza sorprendieron instantáneamente a las mujeres alrededor de Esme, pues ellas la estaban felicitando con gran emoción; incluso, siempre pensaron que el reclutamiento en Lawson's Group era muy estricto, ya que todos los trabajadores se graduaron de escuelas de alto prestigio. Pero ahora, descubrieron que la persona a la que estaban alagando, en realidad fue un matón que ni siquiera terminó su escuela.
Después de que escucharon eso, muchas de las personas que estaban alrededor de ellas empezaron a rumorear sobre Esme: “Claro, no es de extrañar que hable con tanta dureza, si resulta que su formación académica es tan baja. Parece una persona decente; pero, definitivamente, no puede ocultar sus malos modales para siempre”. Luego, una de las personas, dijo con indiferencia: “Lacy Restaurant es el mejor en todo Krine. Por eso, con la pobre educación que tiene, como se atreve esta mujer a prohibir el ingreso de otros; realmente no tiene derecho”.
A decir verdad, la mayoría de los clientes que iban al restaurante, eran personas de alto rango y con mucho dinero; así que, después de escuchar las palabras de Eliza, no dudaron en burlarse de Esme.
De hecho, la mujer no podía creer que Eliza haya sido capaz de exponer su antigua vida y, cuando escuchó que las personas se estaban burlando y hablando de ella, Esme apretó inmediatamente los puños, la miró con fiereza y gritó llena de ira: “¡Eliza! P*rra, no tienes derecho a educarme, tú no eres nadie. Pase lo que pase, yo soy la hija de la familia Lawson, y tú, solo eres una est*pida que ha sido criada erróneamente por mi familia; así que, ¿cómo te atreves a criticarme de esta forma?”.
Luego de escuchar ello, Eliza suspiró lentamente, bajó la cabeza con delicadeza y, le dijo: “Sé que no soy de una familia rica y no tengo derecho a darte una lección. Sin embargo, Esme, eres la hija biológica de la familia Lawson; así que debes tener cuidado con tus palabras y acciones, no puedes avergonzar a la familia Lawson con tu comportamiento. Cuando formaba parte de esa familia, siempre honré a familia Lawson y nunca me atreví a decir o hacer tonterías que pudieran avergonzarlas; de hecho, ni siquiera sabía a qué te referías cuando me dijiste esas cosas”. Tras decir eso, Eliza bajó la cabeza y dijo con una voz extremadamente agraviada: “Después de todo, tus padres me criaron durante 18 años, y no podría soportar ver su reputación… por los suelos”.
Cuando la multitud por fin se dispersó, Eliza se paró torpemente en la entrada del restaurante y, cuanto más pensaba en lo que pasó, más feliz se sentía y no podía evitar reír a carcajadas; inclusive, pensó que tal vez su buen temperamento le dio a Esme la ilusión de que era muy fácil de intimidar, pero, lamentablemente, fue ella quien perdió. Luego, la mujer respiró hondo, sacó su celular para enviarle un mensaje al sr. Valentine y, le escribió: “Señor Valentine, lo he estado esperando en la entrada del restaurante durante casi media hora. ¿A qué hora llegará?”.
A los pocos segundos de que mandó el mensaje, Eliza recibió la respuesta del sr. Valentine, que decía: “No te preocupes, llegaré pronto”. Tras leer el mensaje, Eliza respiró hondo y siguió esperando pacíficamente; sin embargo, justo cuando estaba un poco distraída, ella escuchó la repentina voz de una mujer que la llamó: “¡Eliza!”.
Cuando la mujer escuchó su nombre, ella frunció ligeramente el ceño e inconscientemente se dio la vuelta; pero, justo cuando volteó, recibió una fuerte bofetada en el rostro y, como ya era demasiado tarde para esquivarla, solo pudo cerrar los ojos instintivamente. Pero luego, la mujer que la golpeó escuchó cerca de su oído la voz profunda de un hombre que le dijo: “Señorita Lawson, ¿usted se humilló a sí misma y ahorita está enojada por su propia vergüenza?”.
En realidad, la mujer pareció reconocer claramente esa voz; así que, levantó la cabeza en estado de shock y, miró muy aturdida a la persona frente a ella. Era un hombre alto, tenía una pose imponente y, sosteniendo la mano con fuerza de Esme, mostró una fría sonrisa en el rostro y le dijo: “Este tipo de ataque es el que ha aprendido en su vida sin educación”.
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