Y ahora estoy luchando fuertemente con las lágrimas mientras Elise grita y se aferra a Edgar, él ni siquiera puede hablar sus ojos están conteniendo lágrimas mientras ella implora que no haga esto.
—Te amo, Elise. Debo hacer lo correcto.
—Te odio. No sabes lo que es correcto. Te odio.
—No puedo hacer esto—Edgar sacude su cabeza y da grandes zancadas alejándose, sé que si se queda otro poco más el cederá porque la está viendo sufrir. Los ojos maniáticos de Elise caen en mí y pronto tengo sus manos apretando de manera muy dolorosa mis brazos.
—Por favor, no me dejes aquí. Estaré bien, puedes ayudarme aquí, pero no me dejes aquí, por favor. No me abandones, necesito a mi familia conmigo, esto no va a ayudarme.
Sé que está comenzando a usar la manipulación como salvavidas pero eso no quiere decir que una parte de mí no quiera ceder, sin embargo me mantengo fuerte y la veo fijamente cuando dejo caer mis siguientes palabras:
—Necesitas ayuda, aquí estarás bien. Te amo, pero no voy a ayudarte a destruirte.
—Perdóname, por favor perdóname, pero no me dejes. Por favor, Eli, no me abandones.
—Lo hago por tu bien, Elise. Estarás bien.
No sé qué ve en mi ojos, quizá ve mi determinación a hacer esto para ayudarla, porque su rostro se endurece y da pasos hacia atrás mientras se abraza a si misma.
—Ustedes no son mi familia, quieren botarme porque soy imperfecta. Te llevas a Edgar como a todo. Los odio, púdranse en su maldita familia de la que no quiero ser nunca más parte. No venga nunca a verme ¡Los odio! ¡Bastardos! ¡Los odios!
Me doy la vuelta saliendo de la habitación y dejándola junto a trabajadores de la clínica de desintoxicación en donde la hemos internado. Escucho sus gritos y llanto. Su rabia la hace gritar que nos odia, pero su desesperación también la hace gritar perdón y que nos ama. Es horrible, siento mi estómago revolverse y lucho contra la urgencia de querer vomitar.
A mitad de pasillo encuentro a Edgar, está doblado con las manos sobre sus rodillas y los ojos cerrados. Sus mejillas están sonrojadas y cuando sus ojos se abren una especie de entendimiento pasa entre nosotros. Me acerco y aprieto su mano con la mía.
—Estará bien, hacemos bien.
—Lo estará, lo hacemos—repite devolviéndome el apretón.
Es la primera decisión que tomamos juntos y tenemos esperanza en ella.
Nos reunimos con el director del lugar y cuando todo está dicho, camino fuera del lugar y de inmediato abrazo a Paul cuando sale de su camioneta en donde nos esperaba.
Agradezco mucho que esté aquí, porque no debe ser fácil para él, hace años está era su historia, no una clínica de desintoxicación, pero era él quien se quedaba gritando mientras otras personas tomaban la decisión más importantes de sus vidas al dejarlo para que obtuviera ayuda. Ahora él está de este lado de la historia y ha decidido sostenerme.
—Gracias—susurro.
—Siempre contigo, Elisabeth.
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— ¿Cómo van las cosas con Elise? —Sabrina trata de ser cautelosa sobre ello.
—No llamó todos los días y lleva poco tiempo, he llamado una vez. Edgar ha llamado todos los días para ver cómo le va.
—Así que tus hermanos si tienen un corazón, lamento haber pensado que no, tenías razón sobre mantener tus reservas con ellos.
—No te preocupes, tú solo viste lo que ellos quisieron mostrar. No es que son las mejores personas ahora, pero supongo que todo podría ir mejor a partir de acá ¿verdad?
—Eso espero, pero...Aun así has estado de buen humor.
—Una vez más iré a cenar con Paul, está vez a algún restaurante que está abierto toda la noche lo cual viene bien con este horario mío y ayuda a que mantengamos la ropa puesta.
—Ow, es una cita.
—Supongo que lo es—sonrío mientras continúo respondiendo comentarios en mis redes sociales.
— ¿Y qué ha pasado con Cristian?
—Mataron a su personaje, ya lo grabaron. Son unos idiotas, él es un excelente actor y esas fotos son de hace al menos un año y medio. Pero estoy segura que tendrá nuevos proyectos y creo que él está viendo a alguien, pensé que era su coestrella, pero me da a entender que no es así.
»Resulta que ha estado más veces de vuelta en Mérida de las que yo originalmente creía cuando nos encontrábamos.
—Suena como un chisme jugoso.
—Sí, supongo que le sacaré esa información ¿Qué tal las cosas con Ryry?
—Las cosas con Rayan son...Raras—concluye frunciendo el ceño mientras se observa en el espejo el maquillaje—. Estamos bien, pero a veces él es un poco raro, no sé, siento que no es lo mismo. Rayan no me ve igual.
— ¿Te refieres al hecho de que ahora se come tu culo más libremente con los ojos? Porque sí, también noté eso.
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