Novia del Señor Millonario romance Capítulo 127

Resumo de Capítulo 127: Novia del Señor Millonario

Resumo do capítulo Capítulo 127 de Novia del Señor Millonario

Neste capítulo de destaque do romance amor después del matrimonio Novia del Señor Millonario, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.

Bella

En la tarde, Joey me visitó con una canasta de frutas. Le indiqué con la mano que se me acercara y la jalé a mi costado.

—Ya puedo oír —le susurré por lo bajo.

—¿Por qué no le has dicho a los demás? —me preguntó con sorpresa.

—Tengo miedo de cómo vayan a reaccionar.

—Entiendo —asintió Joey mientras lo consideraba—. No sería malo que fingieras por unos días más y hagas sudar a Vivian. Realmente debería avergonzarse por cómo te golpeo.

—Dijeron que me darían una compensación si me recuperaba —le conté.

—Es algo razonable, después de todo, por culpa de Vivian, no solo terminaste internada sino también has perdido tu trabajo. Si no te pagan, ¿cómo quieren que vivas? Acepta ese dinero, Bella.

—¿Crees que soy estúpida? Sé que deben darme una indemnización porque, aunque haya recuperado mi audición, igual tengo que pagar las facturas del hospital y posiblemente quede con secuelas psicológicas por el ataque —respondí con los hombros encogidos. Joey se me acercó y me acarició el cabello con cariño.

—Te compré un vaso de agua para que bebas cuando quieras —me dijo mientras me pasaba una hermana pieza tallada en vidrio.

—Gracias —le respondí mientras admiraba el vaso. Era muy bello.

Conversamos un rato, comiendo las frutas que Joey había traído, hasta que tuvo que regresar a su casa. Me quedé echada sobre la cama mientras pensaba en lo que debía hacer. Después de considerarlo por varios minutos, decidí que le diría a Herbert que había recuperado la audición cuando volviera a visitarme por la noche y que también dejaría que el abogado se encargara de todo lo demás. Me quedé dormida sin notarlo.

Herbert apareció cuando el cielo ya había oscurecido. Fingí que no podía escuchar nada hasta que lo sentí frente a mí y abrí los ojos recién en ese momento.

—Te traje tus bollos preferidos, aunque si mal no recuerdo, el profesor también lo sabe, ¿no? —se burló suavemente mientras los depositaba sobre la mesita y no pude evitar fruncir el ceño con molestia. ¿Realmente me estaba saludando de esta forma? Me quedé en silencio porque quería saber qué más iba a decir.

—Me mentiste —dijo mientras se levantaba y se acercaba lentamente a mí. Escuché el sonido del vidrio siendo pisado y las palabras se atascaron en mi garganta. No sabía cómo explicarle que no había querido mentirle a propósito.

—¿Sabes lo preocupado que estuve cuando escuché que habías sido hospitalizada? Vine tan rápido que me salté todas las luces rojas y de milagro no terminé en un accidente automovilístico —me gritó en la cara y yo me estremecí ante su descargo—. ¿Sabes lo mucho que martiricé deseando que hubiera sido yo quien se hubiera quedado sordo?

Me quedé mirándolo con la boca abierta porque nunca antes lo había visto expresarse tan abiertamente. No era fácil para un hombre como él bajar sus defensas y dejar sus emociones a plena vista. Me conmovió inmensamente su preocupación.

—Sabía que estarías muy asustada y conmocionada, así que deje mi trabajo de lado para venir a acompañarte. No me importó que la empresa se viniera abajo si eso significaba que podía estar a tu lado para cuidarte —continuó Herbert mientras se acercaba más hasta dejar casi nada de espacio entre nuestros rostros. Me quedé pasmada sin poder apartar la mirada.

—¿Y ahora, después de todo lo que hice, así me lo pagas? ¿Mintiéndome? ¿Por qué me tratas como un id*ota? —Me fulminó una última vez con la mirada y se fue impulsivamente, botando la silla al costado de mi cama en el camino.

Me quedé paralizada en mi lugar sin poder computar todo lo que había pasado. Finalmente, agaché la cabeza con vergüenza y remordimiento.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Novia del Señor Millonario