¡Papá compró una humana! romance Capítulo 26

Tal y como me temía, tuve algunos recuerdos que se convirtieron en pesadillas. Pobre Edson, no durmió mucho.

-¿Por qué le estás poniendo sal a tu café? – Preguntó Chase a la mañana siguiente mientras ambos intentábamos funcionar con una o dos horas de sueño.

-M****a.- Dijo Edson y luego fue a tirar su taza recién hecha por el lavabo.

-¿Puedo ir a la guardería hoy también? – Preguntó el cachorro con el tema de la sal olvidado.

-Claro. – Dije escondiendo una sonrisa en mi propia taza. - ¿Te diviertes mucho ahí?

-¡Si! El señor Héctor dijo que hoy podíamos aprender a escalar sin arnés. – Dio saltando en su silla. – Mandy dijo que también va a probar, entonces…

Se quedó callado de repente y comenzó a sonrojarse.

-De todas formas, uh… si, me gusta la guardería. ¿Mañana iremos a la escuela?

-Si, te llevaré como siempre. Entonces… ¿Qué decías sobre Mandy queriendo escalar una pared? – Dije meneando mis cejas juguetonamente.

-Nada. – Dijo demasiado rápido aparatando la vista.

-Estoy oliendo una clara evasión. – Dijo Edson volviendo con otra taza. - ¿Qué pasa cachorro?

-Nada.

-Ajá. – Dije estrechando mis ojos.

-Bueno cachorro, si necesitas un consejo sobre lobas….

-No se lo pidas a Edson.

-Uh… de acuerdo. He terminado de desayunar, ¿Podemos ir a la casa de Mandy?

Yo me encogí interiormente. Realmente no tenía ganas de ver a los padres de la loba.

-Te acompañaré. – Dijo Edson levantándose de la mesa y luego señalándome. – Te toca limpiar.

-No lo haré, mis manos aun están delicadas. – Dije parpadeando inocentemente.

Él rodó los ojos siguiendo a un emocionado Chase hacia la puerta.

-No te muevas de ahí entonces, mamá; tú y yo tenemos una agenda de adultos que cumplir hoy.

-¿Tenemos?

El bastardo ya había cerrado la puerta.

Suspiré porque no tenía ganas de ir a ningún lado, de hecho ni siquiera quería salir de la cama. Con ese pensamiento caminé de nuevo hasta la habitación de Edson.

-¿En serio? – Dijo una voz en la distancia.

Abrí un ojo y luego tapé mi cabeza para volver a dormir. ¿Qué hizo el bastardo explotador? Jalar mis piernas hasta tirarme de la cama.

-Te dije que teníamos cosas que hacer. – Dijo divertido mientras yo trataba de desenredarme de las cobijas. – Deja de lloriquear, teníamos que estar patrullando el sector siete desde hace cinco minutos.

-¿Y yo por qué? – Pregunté lanzándole el primer zapato que vi hacia su cabeza.

Lo esquivó, jodidos reflejos de lobo.

-Porque tengo a mis guardias ocupados en otras cosas. – Dijo dando pequeños aplausos. – Te doy un minuto para salir de aquí conmigo o esconderé las galletas.

En diez segundos llegué a la puerta principal.

Caminamos en un agradable silencio hasta los límites del sector siete, o más precisamente, el bosque detrás de la Casa de la Manada.

-No sé por qué me has traído. – Dije con un gran bostezo. – Me defiendo razonablemente bien con mis manos y piernas, pero sin mi bastón, no podría ser tan rápida para deshacerme de algún intruso.

-Lo sé. – Dijo haciendo un gesto para quitarle importancia. – El Alfa me ha pedido que investigue el sector para poner algunas cámaras por aquí. No te traje para que patees traseros.

-Una lástima. Como que me había empezado a gustar ser temida. -Dije medio en broma. – Lo que me recuerda, ya es “mañana” ¿Sabes? Tengo algunas preguntas que, francamente, he estado atrasando.

-Soy consciente. – Dijo investigando algunos árboles. – Antes que nada quisiera hacerte una pregunta.

-Dispara. – Dije pateando una pequeña piedra hasta la base de un árbol caído.

Subí mi mirada y vi un pequeño hueco en el árbol cercano. – Mira, si ese no es el nido de alguna ardilla o lo que sea, podría ser perfecto para una cámara.

Capítulo 26. Luna humana. 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Papá compró una humana!