"No es necesario".
Luna sonrió. "Es un asunto pequeño". Luego, se dio la vuelta y caminó con elegancia hacia los dos guardaespaldas. "Vámonos".
Su actitud elegante y distante sorprendió a los guardaespaldas. Incluso el conductor quedó sorprendido.
¿Era esta mujer solo una simple criada? ¿Por qué era tan elegante y tranquila al manejar asuntos así?
"Vamos".
Mientras los guardaespaldas seguían aturdidos, Luna había pasado por delante de ellos y se dirigió al sedán a un lado. Ella abrió la puerta del coche y entró.
Los dos guardaespaldas recobraron el sentido y se apresuraron a subir al coche y se marcharon.
El conductor vio como el sedán desaparecía de la vista, y con cuidado cogió el celular y llamó a Lucas. "Señor Bean...".
La Abuela Lynch estaba esperando a Luna en la habitación privada de un restaurante.
Un guardaespaldas abrió la puerta y Luna entró tranquilamente. Se sentó frente a la Abuela Lynch y dijo: "Hola".
"¿Tú eres Luna?".
Abuela Lynch frunció un poco el ceño mientras miraba a la mujer de rasgos faciales exquisitos que tenía delante. "Como era de esperar. Tienes un rostro seductor”.
No era de extrañar que Joshua quisiera romper su compromiso con Aura; ella tenía un aspecto cautivante.
Luna sonrió sin emoción. Cogió con gracia la taza de té y tomó un sorbo. "Abuela Lynch, ¿me hizo venir solo para adularme?".
La Abuela Lynch la fulminó con la mirada por su comentario atrevido. "¿Crees que te estoy adulando? ¡Nunca había visto a una persona tan desvergonzada!".
La Abuela Lynch carraspeó. "¿Cuánto te paga
Joshua por ser su criada?".
Luna entrecerró los ojos. ¿La Abuela Lynch estaba tratando de defender a Aura? Que interesante.
En el pasado, cuando ella era la nuera de la familia Lynch, la Abuela Lynch siempre le ponía las cosas difíciles, ¿ahora de repente estaba protegiendo a Aura?
Ante ese pensamiento, Luna levantó la cabeza y miró el collar que llevaba la Abuela Lynch en el cuello. "Qué hermoso collar tiene usted".
En realidad, Luna notó el collar de la Abuela Lynch desde el momento en que entró. Solo había uno en todo el mundo pero muchas imitaciones. Sin embargo, uno que pudiera ser imitado hasta el punto de parecer real también se consideraba bastante raro. El collar de la Abuela Lynch era uno de esos.
"Hermoso, ¿verdad?".
La Abuela Lynch carraspeó y levantó la cabeza con orgullo. “Mi futura nieta política tardó mucho en encontrarlo y me lo compró. ¡Solo hay uno de esta clase en todo el mundo!".
Luego, la Abuela Lynch miró a Luna con
condescendencia. "Eres una perr* que solo es digna de ser una criada. Ni siquiera podrás tocar un collar como este en toda tu vida. ¡No te atrevas a tener esperanzas de convertirte en mi nieta! ¡ Toma este dinero y vete!".

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