Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 224

—Sabri, Nacho, tienen que creerme. Si nos quedamos aquí, vamos a morir todos. ¡Esa Noelia es una loca! ¡Ella mató a toda la gente del crucero, yo vi el alma de ese hombre, él me lo dijo!

Era evidente que Adriana había sufrido un trauma terrible, uno del que ellos no tenían ni idea.

Se agarró la cabeza con las manos, y las lágrimas calientes rodaban por sus mejillas.

—Ustedes dicen que estuvieron en la cabina de mando, ¡pero yo los busqué varias veces y la única que estaba ahí era Noelia! Sé que fue ella, sé que hizo algo. Por eso me escondí en el armario. ¡Pero ustedes no se acuerdan de nada de eso! ¿Entienden el terror que siento? Si me quedo aquí un minuto más, les juro que voy a perder la cabeza. Nacho, te lo suplico, manda un carro por mí para que me lleve de regreso. Nos conocemos desde hace años, es la primera vez que te pido algo.

Dicho esto, hizo el ademán de arrodillarse, pero Sabrina la detuvo rápidamente.

—Adriana, cálmate, por favor. Te creemos, de verdad, y entendemos lo que sientes, pero la situación ahora es distinta…

Antes de que Sabrina pudiera terminar, Adriana se tapó los oídos, negándose a escucharla.

—¡No quiero escuchar, no quiero! ¡Solo quiero irme de aquí!

—Adriana…

—Si ustedes no me ayudan, me iré yo sola. Pero no pienso quedarme en este maldito lugar. —Parecía haber perdido la razón; sus ojos estaban tan rojos que parecía que iban a sangrar.

Salió corriendo como una loca.

Ignacio y Sabrina, preocupados de que le pasara algo, no tuvieron más remedio que seguirla.

Adriana corrió por las escaleras en lugar de tomar el elevador. El pánico le dio una fuerza que nunca antes había tenido y corrió a una velocidad increíble.

Ni Ignacio ni Sabrina pudieron alcanzarla. Ni siquiera los agentes del equipo de investigación que vigilaban la entrada del hotel lograron detenerla.

Ignacio intercambió unas palabras con ellos y los dejaron salir a buscarla, aunque enviaron a un par de agentes con ellos, por si intentaban escapar.