Me preguntaba si había hecho lo corrector al volver con Leroy, somos mates no podemos evitarlo o al menos eso me decía a mi misma tratando de consolarme.
—¿Estas bien? —me pregunto Ivonne mientras miraba por la ventana.
—claro —respondí sin verla.
Miraba alas chicas caminando con sus cuadernos en sus manos, me gustaría poder ser alguna de ellas, ya saben ir ala universidad, tener una vida sencilla pero no podría tenerla aunque quisiera.
—tienes que aceptar lo que eres, no puedes cambiarlo —me hablo mi loba.
—lose es solo que... No lose, tengo miedo supongo —admiti.
—yo también tengo miedo —susurro.
Jamás imagine que mi loba pudiera sentir miedo, siempre luce íntimamente y fuerte.
—Amelie, ¿que haces? —pregunto Leroy mientras me abrazaba con sus fuertes brazos.
—solo veía el patio —mentí, veía a las personas pasar con sus sonrisas intactas imaginando como sería mi vida si yo fuera una de ellas.
—mientes —dijo con tristeza y decepción.
Lose quise responder pero no sabía que decirle, el podía sentir lo que yo y eso me hacía sentir tan vulnerable.
—puedo darte la vida que tu quieras —susurro en mi oído.
—no es algo tan simple —dije volteandome para verlo de frente.
Leroy frunció el ceño y acaricio mi cabello para después besarme con calidez y ternura, sus labios siempre eran una droga de la cual jamás podría librarme.
—te amo Amelie, no me dejes jamas por favor —suplico.
—no lo haré —conteste sin pensar.
¿De verdad podría cumplirlo?
Leroy me levanto del suelo y me llevo a mi habitación cerrando la puerta con un movimiento rápido, me dejo caer en la cama y tomo mi rostro entre sus manos para besarme apasionadamente haciéndome saber que el me amaba y yo a él.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secreto.