Dos días han pasado desde que llegamos esta casa, la pregunta que me hacía constantemente ¿Cómo se que ya no estamos en peligro? En los noticieros no dicen nada con respecto a si atraparon a Juan, la policía tampoco ha dicho nada, los escoltas que estaban cerca de mi casa, todavía permanecen ahí, pero dicen que nadie más ha llegado, el último fue el abogado y eso por qué yo le dije de las cámaras.
— ¿En qué piensas Lucy? — dijo Kimberly.
—Siempre pienso en muchas cosas, pero ahorita estoy pensando si aún hay peligro para nosotras.
—Te diré algo, el peligro siempre lo va a estar, pero para eso vamos a estar nosotras, para protegerla.
—Como si realmente fuera alguien importante, estoy segura que ni tu jefe tiene tanta seguridad a como la tengo yo.
—No crea, el también tiene enemigo que lo quieren muerto, pero al final a él no le importa, sabe que si se va de este mundo, su familia no queda desprotegidas económicamente, aunque a veces el dinero no lo es todo.
—Eso lo tengo claro, yo tengo más de medio millón de dólares y mírame, no los puedo gastar, Stefany me había dado una idea antes, de hacer una cirugía plástica para cambiar el rostro, pero le tengo miedo a eso.
—Bueno, sería una muy buena opción, conozco a un cirujano plástico, trabaja en uno de los mejores hospitales de Colombia, pero el precio es bastante alto.
—Quiero que me consigas el dato y dile que somos 3.
—Esta bien, yo le diré, pero no creo poder hablar ahorita con él, las comunicaciones queremos reducirla a lo mínimo.
—Esta bien.
Las muchachas estaban en la piscina, ese día querian pasar en el agua, la casa tiene dos piscinas, la externa y una interna, un poco más pequeñas, pero suficiente para nosotras, al llegar me encuentro con la sorpresa que estaban nadando desnudas.
—Que belleza ustedes, como se les ocurre nadar de esa manera — dije.
—Que tiene de malo ¿Es que acaso estamos en un convento? — dijo Stefany.
—Yo realmente no le veo nada de malo, además aquí no hay cámaras y los muchachos no entran al menos que escuchen algo raro — dijo Kimberly.
—Ya lo vio señorita Lucy, venga disfruté con nosotras — dijo Alicia.
—Entraré un ratito con la niña, pero no tardaré ya que se acerca la hora de la siesta.
Cómo no andaba traje de baño, tuve que entrar desnuda, estuve con la niña en la orilla, ella disfrutaba estar en el agua, pero no paso ni 15 minutos cuando ya estaba algo helada así que nos salimos las dos, fui por una toalla y nos envolvimos, ella aprovecho que estaba desnuda y se me pego en el pecho, las muchachas andaban de un lugar a otro, pero de repente ya sus juegos cambiaron, el morbo empezó a aparecer, Kimberly andaba detrás de Alicia y cuando podía le metía mano, Alicia evitaba que ella la alcanzará, pero en eso Stefany la atrapó y comenzó a besarla.
—Oye te me adelantaste — reclamó Kimberly.
—Eres muy lenta, además no solo es tuya — respondió Stefany de forma burlesca.
—Tranquilas, hay suficiente Alicia para las tres, aunque la señorita Lucy se ha hecho un poco más reservada en estos días, pero en lo profundo se que extraña estar conmigo — dijo Alicia.
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