Ví como un montón de niños por decirlo así, se paseaban desnuda y miraban sin ningún disimuló a las mujeres, algunos quisieron tomar hasta fotos, pero muchas chicas empezaron a molestarse por eso, en eso se me acerca alguien talvez de 17 años, no es que yo sea tan mayor que se diga, pero a ellos se le notaba aún más.
—Hola disculpa que te incomode.
Yo estaba boca abajo, aún conservaba mi bikini.
—He hecho una apuesta con mi amigo — lo señala.
—Y eso a mí que me interesa.
—Podrías hacerme un favor ¿Me dejarías tocarte los pechos? Te pagaría €200.
— ¿Cuánto dinero han apostado?
—€300, claro te daría la mayoría a ti.
Le hago señas a su amigo para se acerque, no es que me interesara tanto el dinero, pero lo que me motivo más fue el morbo.
—Oye tu amigo dice que han apostado dinero, para que el consiguiera tocarme los pechos ¿Que tal si hacemos un trato? pero antes dime ¿Cuánto dinero han apostado?
Ambos se quedan viendo, yo en ese momento me encontraba sentada, pero me tapaba los pechos.
—Oye es conmigo que estás hablando
—€200 cada uno.
Me quedé pensando, en lo que haría, pero venía a disfrutar, el sexo ya era parte de mi y por eso vine a esta playa.
—Denme el dinero, yo les diré quién será favorecido.
Ambos me dan los €200.
— ¿Andan solo?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos - La historia de una acompañante