Al dia siguiente estábamos bien dormidas las dos, en eso entra la de limpieza al cuarto de Alicia, yo me despierto y me asustó verla ahí.
—Buenos días señorita Lucy, disculpe por despertarla.
—Tranquila, no te preocupes por eso, pero ¿Que haces aquí? ¿Que hora son?
—Son las 9 de la mañana, la señorita Alicia dice que no hay ningún problema en que yo entre a su cuarto si ella está dormida, pero veo que ayer le estorbaba la ropa, es raro que ella lo haya dejado así.
—Vino trasnochada, pásame mi bata por favor.
Ella hizo lo que le pedí.
—Al parecer también la ha desvelado a usted.
—Un poco realmente, pero decidí quedarme aquí por cualquier cosa, será que puedas regalarme un café, me duele un poco la cabeza.
—Si, ya se lo hago, debió haber Sido el mal dormir, no es bueno desvelarse estando embarazada.
—Así estoy comprobando.
Ella termino de recoger el desorden de Alicia y luego bajo a prepararme el café, pero También me preparo el desayuno.
—Coma algo, para que luego se tomé algo para el dolor.
—Te lo agradezco ¿Cuántos hijos tienes?
—Yo no tengo hijos señorita Lucy, yo me opere a temprana edad decidí que no quería ser madre, no sentía que fuera lo mío.
— ¿No te arrepientes?
—La verdad no, al final los hombres son muy infieles, por más que una mujer le entregué todo, ellos terminan engañando por otra supuestamente mejor, pero solo son aventuras, nunca se conforman.
—Entiendo muy bien lo que me dices, yo decidí ser madre soltera, al final mi pareja me la está pegando con con quién fue una buena amiga, no se que le ve a ella que no tenga yo, pero bueno.
—A eso me refiero, mejor tener un ligue sin compromiso, mire soy feliz así, nadie me amarga la vida.
En eso viene bajando Alicia.
—Que dolor de cabeza tengo.
—Lo tuyo es resaca de anoche, le estaba contando a Stefany que te llegaste noche, por eso el desorden en tu cuarto.
—Disculpa por eso, pero ayer sentía que la ropa me estorbaba, luego no recuerdo nada más que dormí con usted señorita Lucy.
—Ya te he dicho que debes de aprender a tomar con moderación, más adelante yo no podré cuidarte tanto.
En eso alguien toca la puerta.
— ¿Quien será? — pregunté, al final me decidí abrir la puerta, era Juan — ¿Que haces aquí?
—Quiero saber cómo está mi bebé, además que le he traído algunas cositas.
—Entra y ponlo en la mesa.
Yo estaba algo indiferente, ya su visita no me alegra como antes.
— ¿Podemos hablar en privado?
Fuimos a mi cuarto.
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