— ¿Todo bien?
— Nic, hola
Le sonrió acercándose para besarlo, venía de su despacho y traía el cabello alborotado como si acabara de despertarse
— ¿Tan malo fue?
— Su papá es homofóbico y su familia estúpida, fue horrible para Wes
— Lo lamento cariño
— Está bien, solo necesita estar a solas para saber qué hacer con su vida, no quiere perder a su familia y yo tampoco quiero que pierdas a la tuya Nic
— Eres hermosa, ven vamos a la cama un rato, te ves exhausta
— Suena perfecto, pero hablo en serio, no te hablas con ellos y tu hermana pareciera odiarte ¿qué sucede?
— Nada, es su problema, yo no he dicho nada para enfadarla
— Nic, dime por favor
— Es por el accidente de mi papá, me echan la culpa
— ¿Tú papá?
— No, el entiende que lo que ocurrió fue un riesgo del trabajo, aunque me sienta responsable
— Mi amor, no fue tu culpa —le rodeó e cuello con los brazos preocupada por que pensara eso
— Tomé demasiadas malas decisiones y contigo me excedí
— No me agrada nuestro pasado Nic, quisiera poder borrarlo
— Yo también, haría las cosas absolutamente distinto
— ¿Ha sí, como qué?
— Mmm —lo meditó unos instantes—. ¿Recuerdas esa gala a la que tuviste que ir por mí cuando estaba en Japón?
— Llegaste a esa gala
— Si, me besaste y de todos modos asististe
— Te veías maravillosa, aun me cosquillea la mano por la nalgada que le di a este culito tuyo tan provocador —sonríe acariciándole el trasero con delicadeza
— Me hubiera acostado contigo esa noche
— ¿Qué? —sacudió la cabeza aturdido por esa información
— No pongas esa cara —ríe con diversión—. Estaba asustada y excitada a partes iguales, pero era lo correcto no hacerlo
— Dani, me vas a matar —gime apretando su trasero para pegarla a él
— ¡Vaya! Ya está entusiasmado Señor Allen
— Señorita Ross, necesito penetrarla ya mismo
— ¡Nic! Ese vocabulario no es propio de un señorito —ríe a carcajadas
— Tampoco lo son estos pensamientos perversos con mi futura esposa
— ¿Y la película? —finge no tener ganas solo para molestarlo
— Luego de la cena, ya ordené tus papitas fritas y postre así que me merezco un buen polvo
— ¡Qué considerado! O manipulador, quien sabe
— Estás jugando conmigo, vamos, no perdamos tiempo esta noche tengo una reunión y vas a ir conmigo
— ¿Y la cena?
— Tendrás tus papitas, luego iremos
— ¿Y qué me pongo?
— Ordené un par de vestidos, deberían llegar pronto, vamos a la cama
— Eres un sol, mi sol, cuando te lo propones mi gruñón temperamental
— Demuéstrame tu gratitud entonces —sugirió con tono seductor
— Quiero una ducha primero
— Entonces una ducha será
Con la sonrisa más diabólica Nicholas, descendió sus manos hasta agarrarla por los muslos, la parte trasera, claro, y alzarla en brazos cargándola hasta el baño de su habitación, la desnudó mientras no dejaba de besarla, luego fue su turno, se apartó unos centímetros y se quitó todo sin consideración con su costoso vestuario. La tomó de la mano para jalarla hacia él, uniendo sus labios nuevamente mientras con su mano libre buscaba a tientas la llave de la ducha y dejaba correr el agua
— Dejamos a Muffin en la sala —recuerda entre besos
— Va a estar bien, Patricia, se hará cargo de ella
— Pero…
— ¿Quieres meterla a la ducha con nosotros?
— ¡No! Pero…
— Pero nada, ven aquí
Nuevamente la alzó en sus brazos metiéndose bajo el chorro de agua mientras se besaban apasionadamente, Nic, y sus manos impacientes le acariciaban la espalda y el trasero, no era mucho lo que podía hacer con una sola mano ya que con la otra la mantenía sujeta así que avanzó hasta los azulejos y entonces Danielle, soltó un grito
— ¿Qué? ¿Qué pasa? —dejó de besarla preocupado
— ¡Está helado! Los azulejos
Ambos rieron a carcajadas, pero no se detuvieron aun riendo se besaron y acariciaron, Nic, la levantó un poco más para devorar esos pechos que tanto lo enloquecían cuando trabajaban en Imperio, se deleitó con su tamaño perfecto, no eran gigantes, pero llenaba su mano
— ¡Muérdeme!
Pidió extasiada y Nic, no se hizo de rogar, le mordió y jaló los pezones uno a la vez por varios minutos hasta que sus fuerzas comenzaban a flaquear, necesitaba poseerla, bombear dentro de ella su deseo animal. Así que lentamente la deslizó sobre su erección penetrándola completamente
— ¡Me encantas niño rico!
— Lo sé muñeca, lo sé
Apenas pudo responder, estaba enloquecido embistiendo como un animal, como si hubiesen estado separados por siglos, la deseaba, se deseaban así que cuando llegaron al límite y se dejaron ir fue escandalosamente ruidoso. Ambos gimiendo con fuerza y exigiendo más y más
— Eso fue…, intenso
Consiguió decir Nicholas, sin aliento apoyado en la pared de azulejos con Danielle, abrazada a su cuello
— Lo…, fue
Permanecieron un momento bajo el chorro del agua antes que Danielle, comenzara a lavar su cabello aplicando su shampoo y acondicionador bajo la atenta mirada de Nicholas, que no perdía de vista sus manos mientras se aseaba.
— Luego repetimos —le sonríe leyendo su mente y viendo su semi erección saludarla
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