Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 183

Si la familia de Alicia solo iba a ser una carga y a impedirle comenzar una nueva vida.

Él se encargaría de allanar el camino para ella.

Superaría cualquier obstáculo.

Alicia escuchó su voz, y solo entonces se sonó la nariz: —No hace falta, ya lo resolví yo. No te metas con Jorge, no es fácil de manejar.

Jorge siempre había sido autoritario, y Alicia temía que Roberto saliera perjudicado.

A fin de cuentas, Jorge aún tenía algo de poder en Piedraplata, y Roberto, al no tener mucha influencia, enfrentarse a él era como usar algo frágil para desafiar a un oponente poderoso.

Roberto entrecerró los ojos ligeramente: —¿Y tú crees que yo soy fácil de manejar?

Su tono era algo incrédulo.

Durante todos estos años, siempre había sido él quien no era fácil de tratar, no había nadie que pudiera con él.

Roberto vio la preocupación en los ojos de Alicia y lo que estaba a punto de decir se quedó atorado en su garganta.

Sabía que Jorge probablemente lo había visto antes, y si él aparecía, su identidad quedaría expuesta.

Mientras no revelara quién era, aún podía relacionarse con Alicia como un amigo.

Pero una vez que su identidad quedara al descubierto, ya no tendría derecho a estar cerca de ella.

Roberto admitió que había vacilado.

Alicia se dio cuenta de que seguía aferrada a su cintura, así que poco a poco lo soltó, algo incómoda: —Qué bueno que estás bien. Vamos, regresemos.

Hoy había firmado el acuerdo de ruptura con la familia García.

Conociendo lo mucho que a Jorge le importaba el orgullo, seguro que ya no se preocuparía más por ella.

Eso era lo que ella quería.

En ese momento, en el tercer piso del hospital.

Jorge estaba en el pasillo frente a la sala de urgencias y, a través del vidrio, vio a Alicia abrazada a un hombre.

Jorge no esperaba que Alicia se hubiera vuelto independiente, y se enfureció: —¡Es solo una pequeña streamer! Ella piensa que eso es suficiente, pero comparado con el estatus de la señorita de la familia García, eso no vale nada.

Raúl pensó para sí mismo, pero Alicia aún fue la primera en el examen de admisión.

Su futuro era brillante.

En ese momento, Jorge recibió una llamada: —Hola, señor Jorge, somos los miembros del comité de admisión de la Universidad Autónoma de San Martín. Usted es el tutor de Alicia, ¿verdad? Queríamos hablar sobre las preferencias que ella indicó en su solicitud.

Jorge resopló: —Ella no irá a la Universidad Autónoma de San Martín. Se quedará aquí, en nuestra ciudad.

Colgó el celular de inmediato: —Con el carácter de Alicia, si fuera a Piedraplata, no sé qué tipo de problemas podría meterse. Mejor que se quede aquí, en la universidad local, donde la familia García la protegerá.

—¿No vas a consultarlo con Alicia?

—¿Para qué consultarlo con ella?

Raúl sintió que no era lo correcto, pero no dijo nada, solo suspiró: —Con las calificaciones de María, lo más probable es que también tenga que quedarse en la universidad local.