Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 194

Pero ella no podía recordar qué fue lo que realmente ocurrió el día del accidente.

Solo sentía su corazón como si fuera desgarrado por un cuchillo, la respiración le faltaba.

Jorge, furioso, se quitó la chaqueta: —Alicia, siempre piensas que favorecemos a María, pero cuando la adoptamos, lo hicimos por ti, para agradecerte. No solo mataste a nuestros padres, sino también al padre de María. Si te quieres ir, te voy a dejar ir.

Después de decir esto, Jorge se dio la vuelta y se fue en el ascensor.

—¡Jorge, vuelve!

Vicente, molesto y preocupado, miró a Alicia: —Alicia, lo que dijo Jorge fueron palabras dichas en un arrebato, no lo tomes en serio.

Alicia apenas podía mantenerse en pie.

Roberto se acercó y apoyó su mano en el hombro de Alicia, con una mirada preocupada: —¿Estás bien?

Alicia negó con la cabeza, y con la voz apagada, preguntó a Vicente: —Todavía no puedo recordar qué pasó el día del accidente. ¿De verdad fui yo quien mató a nuestros padres?

—No, no fue así, no tienes nada que ver. El accidente fue una fatalidad, el responsable fue quien pasó el semáforo en rojo y chocó contra el auto de nuestros padres. Esa persona es el verdadero culpable.

Cuando Roberto escuchó la palabra "culpable", sus pupilas se contrajeron como si algo lo hubiera atravesado con fuerza, y un dolor profundo lo invadió.

Alicia no parecía creerlo: —Pero las palabras de Jorge no dicen eso.

—Lo que dijo Jorge fue por enojo, ¡ya deberías saber cómo es él!

Roberto, viendo que Alicia se veía tan preocupada, añadió: —Sus palabras son claras, no tienes nada que ver con ello.

Alicia se secó las lágrimas y miró a Vicente: —Vete, ya no tengo nada que ver con la familia García.

—Alita, déjame explicarte...

Roberto detuvo a Vicente: —A estas alturas, ¿crees que la familia García tiene derecho a que ella los perdone? ¿Cada vez que la hieren, sus disculpas van a ser suficientes para pasar por alto todo?

Vicente tenía los ojos enrojecidos: —Yo... Yo realmente me arrepiento.

Él también había detenido a Jorge, y a Raúl.

—Si realmente quieres lo mejor para Alicia, entonces no la sigas perturbando más.

Ahora, Jorge probablemente ya había comprado el boleto para regresar a Piedraplata.

Suspiró aliviada: —Esto ha expuesto por completo los problemas, y ahora Jorge ya no se acercará a mí.

Al menos, antes de que él reemplace el código fuente que escribí, no se atreverá a hacer nada.

Al principio, ni siquiera había recordado lo del código fuente, ni había pensado en usar este método.

Todo fue por su culpa.

Roberto la miró fijamente, con una mirada profunda: —Sobre lo que dijo Jorge acerca de tus padres, no lo tomes en cuenta.

Alicia sonrió amargamente: —Honestamente, a veces desearía que la persona que murió aquel día fuera yo. Si en ese accidente, el que María tenía que salvar primero era a mis padres... qué bien habría sido.

Así no tendría que vivir con esta culpa.

Roberto tembló levemente al escucharla: —Pero tus padres eligieron salvarte primero.