Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 235

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Gabriela, al ver la actitud de Roberto, sintió un gran peso en el corazón.

La noche anterior, Lucía le había contado que había visto a Roberto llevándose apresurado a una muchacha del bar.

Sin embargo, Gabriela en ese momento no lo creyó hasta que confirmó que Roberto estaba alojado en el hotel y decidió ir a verificarlo ella misma.

¡No podía creer que eso fuera cierto!

Gabriela sabía que sus sentimientos eran unilaterales; había tratado de ganarse el favor de la madre de Roberto divulgando una y otra vez rumores de un compromiso con él, todo para conseguir una oportunidad de estar junto a él.

Pero era consciente de que Roberto siempre había sido distante con ella.

Roberto miró a Gabriela con frialdad, sin decir ni una sola palabra. Ella no se atrevió a acercarse más, y mucho menos a irrumpir en la habitación.

En ese preciso momento, un camarero llegó con un carrito de comida.

Roberto tomó el carrito y le dio un rápido vistazo a Gabriela: —Permiso.

Gabriela retrocedió al instante, sintiéndose algo rechazada: —Roberto, solo quería acércame...

Roberto cerró la puerta sin pronunciar ni una palabra.

Llevó el carrito hasta donde estaba Alicia.

Alicia miró hacia la puerta: —¿Quién estaba hablando contigo?

Parecía la voz de una mujer.

Roberto, con un tono calmado, respondió: —La persona que trajo la comida.

Luego le pasó a Alicia una bolsa con ropa: —Cámbiate primero.

Alicia tomó la bolsa, pero se dio cuenta de que estaba desnuda, ¿cómo iba a cambiarse?

Roberto se dio la vuelta: —Cámbiate, yo no te miraré.

Alicia, sonrojada, tomó la bolsa. Incluso había ropa interior nueva preparada para ella.

Rápidamente se cambió y luego tosió: —Emmm, ya estoy lista.

Roberto se devolvió y empujó el carrito hacia ella: —Come algo primero.

Alicia miró el desayuno y se dio cuenta de que tenía hambre.

Se sentó en la cama para comer y, sin darse cuenta, lo miró: —¿No quieres comer algo tú también?

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