Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 315

[Atualização] Leia o romance Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate Capítulo 315

O romance Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate está COMPLETO. Leia Capítulo 315 e os próximos capítulos em booktrk.com. Com detalhes dramáticos e inesperados, o autor Internet nos leva a um novo horizonte em Capítulo 315 . Leia Capítulo 315 da série Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate aqui.

Ou baixe gratuitamente o PDF dos romances de Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate em es.novelebook.com.

Chave de pesquisa: Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate Capítulo 315

De repente, se escucharon voces afuera, y ambos se separaron de inmediato.

Alicia se puso de pie apresurada.—Yo... yo voy a cambiarme de ropa.

Roberto se incorporó y la observó mientras ella huía casi corriendo.

Se recostó de nuevo en el suelo. En realidad, él tampoco había estado mejor hace un momento; sentía que el corazón casi se le salía del pecho.

Giró la cabeza y miró el atardecer a través de la ventana. Era hermoso, sin duda.

Pero no tanto como ella.

...

Alicia regresó al vestidor.

Se dejó caer en una silla y se cubrió el rostro con ambas manos. Le tomó un buen rato calmarse.

¿De verdad su corazón latía tan fuerte hace un momento?

¿Él lo habría escuchado?

Se frotó la cara y fue a ducharse. Todo su cuerpo estaba adolorido por los golpes.

Cuando terminó de cambiarse y salió, su cabello, aún tibio tras secarlo, caía con delicadeza sobre sus hombros. Su expresión era tranquila.

Instintivamente, echó un vistazo a su alrededor, pero no vio a Roberto. ¿Se había ido?

Sacó el celular para enviarle un mensaje, pero dudó por un momento y se detuvo.

—¿Todavía no te vas?

Roberto estaba de pie frente a ella, ya con ropa limpia. Su cabello seguía húmedo, con mechones pegados a su frente.

Alicia guardó el celular y caminó hacia él. Juntos, salieron lentamente del gimnasio, ambos impregnados con el mismo aroma a gel de ducha.

El sol ya se había ocultado, y el ambiente a su alrededor se oscureció un poco.

Cuando llegaron a la planta baja, Alicia se detuvo.—Voy a regresar al dormitorio de la universidad.

—Está bien. No olvides ponerte algo en los brazos. No puedes entrenar con tanta intensidad todos los días, podrías lastimarte.

La voz baja y seria de Roberto resonó en sus oídos.

Alicia bajó la mirada, fijándola en su pecho.—Sé lo que hago.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate