Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 317

Raúl en verdad se arrepintió

Debería haber escuchado a Vicente antes; así, no habría caído en la trampa de María.

Si la hubiera desenmascarado en ese momento, Alicia no estaría tan molesta y el proyecto de Vicente no habría perdido la oportunidad de licitar.

María retrocedió unos pasos.—Raúl, en ese momento lo hice por la inversión de Jorge, por el proyecto de Vicente. ¡No pensé que Alicia nos tendería una trampa!

—¿Una trampa, te atreves a decir?

—¡Sí! Alicia lo planeó todo para hacernos caer.

Raúl replico de mala gana.—Fuiste tú quien cayó y me arrastraste contigo. Tú fuiste quien cometió plagio y trató de engañar a Alicia primero. ¡Por eso las toda esta situación es tan graves!

—¡Pues todo esto es culpa tuya!

Al escuchar a María tergiversar la verdad, Raúl sintió que, en otro momento, quizá habría creído que la culpable era Alicia.

Pero esta vez, lo había visto todo con sus propios ojos.

Alicia no tenía nada que ver con esto. Fue María quien intentó engañarla, pero fracasó.

María encogió el cuello. No esperaba que Raúl, esta vez, tuviera la cabeza tan clara y no cayera en su juego.

Por dentro, se sintió molesta.

Lo miró fijamente.—Pero, Raúl, no lo olvides: aceptaste lo que hice. Eso significa que pensabas igual que yo, ¿no es cierto?

—¡Cierra la boca! ¡No me compares contigo!

Raúl estaba furioso, pero al mismo tiempo, se sentía culpable.

—Raúl, ¿necesitas que te lo recuerde? Dejemos de lado esto por un momento. Hablemos del equipo de competencias. ¿Acaso no querías que Alicia regresara humillada a la familia García y luego la metieras a tu equipo para que compitiera contigo?

María lo miró con burla.—Y ahora me echas toda la culpa. Eso no es justo.

—¡María, jamás imaginé que fueras así!

Raúl la sujetó con fuerza por los hombros.—Ve con Jorge y dile la verdad. Dile que yo no tuve nada que ver en esto.

—¿Y crees que Jorge me va a creer?

Raúl se quedó en silencio por un momento.—María... Esta es tu verdadera cara, ¿no?

Vicente se impacientó.—¿Qué demonios pasó? ¿Por qué no me avisaron de la reunión de ayer?

María intervino de inmediato: —Jorge dijo que debías descansar y que no queríamos molestarte con esto.

La verdad era que, como en la reunión estaría Alicia, Jorge temía que Vicente actuara de manera impulsiva. Por eso le ocultaron la información.

Y al final, Alicia logró salirse con la suya.

—Basta, María. ¿Crees que voy a creer esas mentiras?

Vicente no le creyó ni una palabra.

Probablemente, Jorge pensó que, al ver a Alicia, él tomaría su partido y, por eso, lo dejó fuera.

María se asustó ante su reacción. La sangre de su frente se había secado en su rostro. —Vicente, esta vez, de verdad quería ayudarte.

Vicente no respondió. Solo la miró sin decir nada.

Raúl, como si fuera un muerto en vida, comenzó a relatar todo lo que había sucedido el día anterior.

Cuando Vicente terminó de escucharlo, tomó a Raúl por el cuello de la camisa y le gritó: —¿¡Estás loco!? ¿¡Por qué demonios ayudaste a María!? ¿¡Acaso olvidaste lo que te dije!?