Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 343

¡Excepto su hermano, ¿quién podría hacer algo tan rastrero!

Pero su hermano, ¡probablemente no pediría algo así!

¡Él es el hermano inteligente, adorable y comprensivo!

Santiago miró la computadora, sintiendo que la pregunta de su cuñada tenía un significado profundo.

Pero no lograba encontrar ninguna razón.

¿Qué pasaría si daba una respuesta incorrecta y dejaba una mala impresión en su cuñada?

¡Él es el hermano trabajador, valiente e inteligente de su hermano, no puede ser un lastre!

—Capitán Santiago, ¿estás en una relación línea distancia? Te ves tan feliz, ¿con quién estás chateando?

—¡Vete al diablo, qué novia en línea! Estoy chateando con la señorita Alicia, pero me hizo una pregunta muy extraña.

—¿Qué pregunta te hicieron?

Santiago repitió la pregunta que Alicia le había hecho.

Uno de sus compañeros de equipo se dio cuenta de inmediato: —¡Vaya, está intentando engañarte!

—No hables tonterías, ¿cómo va a intentar engañarme?

—Piensa, la señorita Alicia, ¿no nos declaró la guerra el día de la competencia, diciendo que seríamos rivales el próximo año?

—Ahora está investigando qué cosa o persona te haría abandonar la competencia.

—¿Pues no es obvio notar cuál es su intención?

Santiago pensó un momento: —Tienes toda la razón.

¡Maldita sea, su cuñada había estado disfrazando todo tan bien que casi cae en su trampa!

¿Qué pasaría si en algún momento su cuñada hace un puchero o le susurra algo a su hermano, y él termina pidiéndole que abandone la competencia?

¡Su hermano sería capaz de hacer algo así!

No, no puede caer en esa trampa.

¡La cabeza puede rodar, pero no puede perder la competencia!

Santiago miró el mensaje que Alicia le había enviado y dudó sobre qué responder.

[¿Quién es exactamente?]

[¿Sigues en línea?]

Alicia esperó un rato, pero no recibió respuesta de Santiago. Estaba muy ansiosa.

¿En serio existe alguien así?

¡Quiere saber quién es!

Pero Santiago simplemente se desconectó.

Pero su lógica le decía que no debía hacer eso.

¿Y qué tal si Santiago no era esa persona?

Y mas aun, ¿qué tal en cambio si el nombre era solo una algo rara coincidencia?

Alicia llegó al gimnasio y, al verla, el dueño se sorprendió: —¿Hoy no habías reservado tu clase con anticipación?

—No, lo decidí de última hora. ¿El entrenador no está?

—Sí, no está. Voy a llamarlo.

El entrenador era exclusivo de Alicia y solo venía al gimnasio si ella había reservado previamente. Normalmente, no estaba allí.

Incluso el equipo en el ring había sido renovado completamente, con marcas caras, más caras que la inversión del propio gimnasio.

Ahora, el dueño solo trabajaba allí.

Alicia se cambió y fue directamente al área de boxeo.

Se puso los guantes y comenzó a golpear el saco de boxeo.

En su mente, volvieron los recuerdos de su vida después de ser echada de casa por la familia García. La familia la había dejado sin nada.

Cada vez que encontraba trabajo, pronto la despedían.

Pensó en intentar conseguir trabajo en el mercado negro, pero su nombre era tan conocido allí que nadie la contrataba.