Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 375

Alicia no dijo ni una sola palabra por un momento.

Al otro lado del auricular se escucharon las duras palabras de Jorge: —Alicia, no puedes venir tan tranquila al hospital, eres la responsable de que Vicente y Raúl estén en este estado. ¡No tienes cara para venir!

Tomás, desesperado, comenzó a hablar rápidamente: —Jorge, ¿cómo puedes decir eso?

—¿Acaso no estoy diciendo la verdad? ¿Por qué Vicente está en la sala de urgencias?

—Pero él mismo lo decidió, lo que más deseaba en ese momento era ver a Alicia, esa era su última voluntad, ¡no puedes impedírmelo!

Tomás sostenía el teléfono con las manos, su tono era de súplica: —¡Alicia!

—No, he dicho que voy a ir al hospital, solo está perdiendo mucha sangre, pero no se va a morir.

Alicia no era tonta, no iba a correr al hospital como loca solo por una estrategia de sacrificio como esa.

Cuando ella murió en su vida pasada, también estuvo completamente sola.

Sus buenos hermanos estaban todos al lado de María.

Alicia colgó el celular al instante.

Tomás miró el celular colgado y, de inmediato, sintió una sensación de impotencia que lo hizo encorvarse.

Jorge miró algo incrédulo el celular: —¿Así de fácil colgó? ¿En realidad no va a venir a verlo aunque sea una vez? ¡La persona que están rescatando es su propio hermano!

—Jorge, ¿no dijiste hace un momento que no quería que viniera?

—Eso fue dicho solo en un momento de enojo, ¿cómo podría no venir?

Tomás fingió una sonrisa, pero no estaba convencido del todo: —Jorge, entre los familiares no hace falta hablar con dureza, también se puede hablar de manera amable.

—¿No es eso lo que estoy haciendo?

—Jorge, antes, cuando te enfrentabas a los insultos de los enemigos, podías hablar con calma y sin ningún tipo de problema. ¿Por qué cuando se trata de Alicia, tienes que ser siempre tan cruel con tus palabras? No lo entiendo, ¿no debería una familia ser más paciente, comprensiva y, cariñosa?

Tomás no entendía la situación.

Ahora Vicente sí lo entendía muy bien, pero Alicia ya estaba profundamente herida, y arrepentirse no serviría de nada.

Jorge no pudo decir ni una sola palabra más, él no pensaba que estuviera equivocado.

¿Alicia cometió un grave error, y aun así espera que la trate con dulzura?

¡Eso no es posible!

Mari nunca sería como Alicia.

Era ya tarde de la noche cuando Vicente fue sacado de la sala de operaciones.