Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 379

Alicia vio el tono familiar con el que Pedro hablaba, y casi le dio ganas de reír.

¿Cómo podían ser tan confiados y pensar que aún podían controlar su vida?

Alicia levantó de manera ligera las pestañas y dijo: —¿Quién eres tú?

—Soy tu hermano, ¿tan rápido has olvidado cómo te enseñé?

Pedro vio la actitud indomable de Alicia, y la ira que llevaba adentro fue difícil de contener: —No me extraña que la casa esté hecha un completo caos . ¿Ves lo que has hecho?

El cortafuegos de la empresa de Jorge tenía problemas, la empresa de Vicente fracasó en una licitación y perdió la mitad de su patrimonio, y Raúl fue detenido e investigado.

Todo esto tenía que ver con Alicia.

Alicia soltó una ligera sonrisa: —Eso no tiene nada que ver conmigo.

—¿Te atreves a decir que no tiene nada que ver contigo? ¿No fuiste acaso tú quien saboteó el cortafuegos de la empresa de Jorge?

—Lo que pasó con la empresa de Jorge fue un ataque de hackers que dejó el sistema inoperable. Y fue él quien vino a pedirme ayuda para reparar el sistema.

El rostro de Pedro se transformó. ¿Era así como ocurrió? Eso no era lo que María le había contado.

Tan solo al llegar hoy y, María ya le había contado todo esto, y al bajar del avión, se fue directo a la fiesta, con la única intención de vengarse de Alicia.

Al ver la expresión de Pedro, María se apresuró a aclarar la situación: —Pedro, lo que yo dije fue que Alicia había atacado una y otra vez el sistema de la empresa de Jorge para presionarlo. Ahora Alicia era tan capaz que hasta Jorge le pidió ayuda.

Pedro, después de escuchar la explicación, miró a Alicia. ¿Cómo no había notado antes lo capaz que era Alicia?

Pero al ver la cara sombría de Alicia, se enojó: —Jorge creó su empresa con tanto esfuerzo. Como miembro de la familia García, deberías haber ayudado a Jorge. ¿Cómo te atreviste a hacer que Jorge tuviera que rogarte?

María rápidamente y dijo: —Escuché que además le cobró trescientos mil dólares a Jorge.

Pedro se enfureció cada vez más: —Alicia, ¿no tienes conciencia alguna? ¿Cómo te atreviste a cobrarle tanto dinero a Jorge?

Alicia se metió un dedo en el oído: —¿Y qué esperabas? No soy tan tonta como para ayudar gratis a alguien.

—Alicia, ¿cómo cambiaste tanto en solo unos meses?

Pedro estaba furioso. Se acercó y agarró de la muñeca a Alicia: —Ven conmigo, vamos al hospital a ver a Vicente y a pedirle disculpas.

Alicia empujó a Pedro de un solo golpe, sin hacer mucho esfuerzo.

Pedro estaba tan furioso que sus ojos se pusieron rojos: —Alicia, eres una verdadera desagradecida. Te lo pregunto una vez más, ¿vienes conmigo al hospital sí o no?

—No voy.

—Si no vas, ¡te juro que no te perdonaré nunca más! ¡Y no te hablaré más!

Pedro miró furioso a Alicia. Después de todo, ella siempre había tenido miedo de que él se enojara o de que dejara de hablarle.

Alicia soltó una repentina sonrisa: —¿Eso sería algo bueno? Entonces cumple lo que dices.

Después de decir estas palabras, se dio la vuelta y se fue del lugar.

Pedro, enfadado, tiró de su corbata: —Alicia, te arrepentirás.

María, al ver a Pedro tan enfadado, rápidamente intentó calmarlo: —Pedro, no te enojes, Alicia está simplemente haciendo un berrinche como suele hacerlo.

—¡Ya lleva mucho tiempo con este terrible berrinche! ¿Hasta qué punto tenemos que aguantarle todo?

Pedro no podía creer que, en el tiempo que estuvo ausente, hubieran ocurrido tantas cosas.