Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 395

Cuando Alicia vio a Pedro golpear a María, quedó conmocionada por completo.

¿Pedro golpeando a María?

Recordaba que Pedro siempre había sido cordial con María, animándola a seguir sus pasos.

Incluso aquella vez que Alicia regresó tras un terrible incidente en el que casi se ahoga y tuvo un altercado con María en la enfermería de la escuela, Pedro, sin preguntar, culpó enseguida a Alicia.

Pedro incluso le propinó una bofetada.

¿Cómo era que su actitud cambió de repente? Alicia no estaba feliz, solo pensaba que Pedro se había vuelto un poco más errático.

María, con los ojos llenos de lágrimas, tampoco esperaba que Pedro la golpeara.

Pedro dijo despectivo: —Te pedí que te disculparas, ¿no me escuchaste? ¡Basta de tonterías!

María finalmente habló, con la voz entrecortada por el llanto: —Alicia, fue mi culpa, no debí copiar tu creatividad con malas intenciones, ni engañar de esa manera a Raúl y Jorge para calumniarte.

Alicia, al escuchar las disculpas de María, no sintió nada en lo absoluto.

Pedro, por otro lado, miró a Alicia con un tono más suave: —Vi ese vídeo también, claramente fue un error de María, tú no tienes nada que ver en eso.

Alicia solo encontró todo esto algo absurdo, ¿pensaban que de esta forma podrían dejar todo atrás?

Dijo con frialdad: —Entendido, ¿has terminado de decir lo que querías?

—Alicia, te lo he explicado todo claramente y he hecho que María se disculpe contigo, no puedes seguir molesta por eso, para no causar más problemas en casa.

Las palabras de Pedro sonaban a una mezcla de negociación y amenaza.

Alicia levantó ligeramente los párpados: —Nunca he estado molesta, ¿por qué debería volver a casa si no me tratan bien?

—Tienes razón, hablaré seriamente con Jorge sobre esto, puedes estar tranquila que esto no volverá a suceder.

Después de decir esto, Pedro, intentando parecer generoso, hizo un gesto con la mano: —¿No habías quedado para cenar con tus compañeros? Vete.

Alicia se fue sin mirar atrás.

Pedro se enfrió enseguida y miró a María: —¿Te he tratado mal antes? Lo que más odio es que me engañen, ¿lo recuerdas?

—Lo recuerdo, no me atreveré a hacerlo de nuevo.

María, con los ojos llenos de lágrimas, recordó quién era realmente Pedro. A lo largo de los años, Pedro había sido tan amable con ella que casi olvidó por completo lo volátil que podía ser su temperamento.

Ayer, en la fiesta, ella había engañado a Pedro de forma deliberada, pensando que su artimaña había funcionado.

No esperaba que todo se descubriera hoy.

La voz de Pedro se suavizó un poco: —Ve a ponerte hielo en la cara. Te conseguiré un papel en la nueva película, aquí tienes el guion, revísalo bien en casa.