Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 441

Alicia no logra calmarse cada vez que piensa en esa foto

¡El padre de María sigue vivo!

El accidente de aquel año definitivamente no fue simple.

Jorge, con sospecha, dijo: —Alicia, ¿qué quieres decir con eso? El padre de María, por supuesto, está muerto. Después de salvarte, intentó rescatar a mis padres, pero el vehículo explotó y él pereció junto a ellos.

—Si murió en una explosión, probablemente su rostro no sería reconocible, ¿estás seguro de que era el padre de María el que falleció?

—Por supuesto, ¿cómo podría equivocarme? Vi el auto que conducía el padre de María, no me confundí.

Alicia frunció el ceño, ¿no me confundí?

El hombre de mediana edad que aparecía en la foto era, de hecho, el padre de María.

Entonces, ¿dónde está el error?

Alicia replicó fríamente: —¿Y si el padre de María no hubiera muerto?

—Eso es imposible, Alicia, ¿estás inventando excusas para no sentirte en deuda con Mari, sugiriendo que su padre sigue vivo?

Jorge estaba visiblemente enfadado.

Alicia simplemente sonrió: —¿Nunca has dudado?

—¿Crees que no investigué a fondo aquel accidente? Solo encontré información relacionada con la familia Mendoza, ningún otro indicio. Si te crees tan capaz, investiga tú misma.

Alicia tomó aire: —Aparte de la familia Mendoza, ¿nuestro chófer no levanta sospechas?

¿Jorge nunca ha dudado, ni ha encontrado algo anómalo?

—Alicia, el padre de Mari está muerto, ¿por qué insistes en aferrarte a un muerto? ¿Qué sentido tiene?

Al oír esto, Alicia comprendió que la familia García nunca sospechó del chófer.

Ella sospechaba que el padre de María podría estar vinculado con la familia Mendoza.

Pero tampoco ha oído que la familia Mendoza tuviera algún rencor contra sus padres.

Teresa estaba algo sorprendida.

Después de todo, solo señora González recibiría ese trato, con un equipo personal a su servicio.

Roberto había concedido rápidamente ese privilegio a esa chica.

La situación no pintaba bien.

Teresa miró a su asistente: —Continúa investigando por mí, yo pensaré en otra estrategia.

Después de que el asistente se fue, Teresa volvió hacia Alicia: —Niña, ¿qué estás mirando?

—Observando a las hormigas mudarse, para pasar el tiempo.

Alicia miró a la dama frente a ella: —¿Vino al hospital a visitar a alguien?

—Sí, subiré en un momento. Niña, ¿cómo te lastimaste? No parece una caída, más bien parece que alguien te golpeó.

Teresa inmediatamente notó que las lesiones de Alicia eran definitivamente el resultado de haber sido golpeada.