Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 449

Pedro se sorprendió al escuchar esas palabras.

Vicente fue el primero en hablar: —Jorge, no puedes hacer esto.

—Vicente, si no tomamos la iniciativa, ¿no terminará Pedro en la cárcel como Raúl? Si tú puedes solucionar este problema, entonces no me opongo.

Vicente sabía que esto no sería fácil de resolver.

Sonrió amargamente: —Pero la víctima aquí es Alicia; ella no ha cometido ningún error. Fue María quien, deliberadamente, causó problemas entre ella y Pedro, desencadenando esta situación. ¿Por qué debería ceder Alicia?

—Reconozco que hay malentendidos, pero ¿no podríamos resolver esto en privado, dentro de la familia? ¿Es necesario tanto escándalo?

Jorge consideró que Alicia no era lo suficientemente comprensiva, siempre reticente a ceder.

Vicente estaba tan enojado que no pudo articular palabra.

Jorge se dirigió a Pedro: —Si no haces lo que te digo, prepárate para ir a la cárcel, porque Alicia definitivamente no te dejará en paz.

Pedro guardó silencio por un momento; no quería ir a la cárcel y arruinar su vida.

Aún no había recibido el premio al mejor actor.

María aprovechó para coquetear con Jorge: —Jorge, no te enojes tanto, supongo que es mi culpa que Alicia se haya enfadado y haya abandonado la casa.

Jorge se sintió algo culpable: —Entonces has sufrido injusticias; curiosamente, tengo una fundación benéfica, te encargaré su gestión.

Una chispa de alegría cruzó los ojos de María, tal como su padre lo había predicho.

Sin embargo, María mostró reticencia: —Jorge, realmente dudo de mi capacidad, pero haré todo lo posible para no decepcionarte.

—Confío en ti, sé que lo harás bien.

Pedro estaba furioso: —Jorge, no puedo creer que estés encubriendo a María y, además, le des la fundación como compensación. ¿No dijiste que la fundación era para Alicia?

—Conozco bien a María, no necesitas recordármelo.

Jorge respondió con serenidad: —Alicia no quiere ceder en nada, y María ha sufrido mucho. ¿Qué mal hay en darle algo de compensación?

María bajó la cabeza, fingiendo: —Jorge, tal vez no debería aceptarlo.

—¡María, basta de fingir!

Pedro notó la falsedad en María y se enfureció mucho: —Hoy tengo que desfigurarte para que sientas el mismo dolor que yo.