Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 478

Jorge mantuvo su tono arrogante: —El contrato ya está firmado y en proceso; incluso si ahora desean romperlo, tendrán que compensar a María con una suma considerable.

De repente, Alicia soltó una carcajada. En cuanto a ser desagradable, Jorge siempre había demostrado una excepcional habilidad.

¡Qué eficacia la suya para organizarle todo para María!

Pedro gruñó: —¿Y qué más da? La empresa tenía sus planes y, si el desempeño de María resultaba ser un desastre, esto sería una vergüenza.

Mientras Jorge no dirigiera la empresa, María no accedería a buenos recursos.

Alicia miró a María con una sonrisa irónica: —Como jefe, debo decirte que mejore tus habilidades de actuación y trabajes arduamente para generar ingresos para la empresa. Ah, no, espera, que pena siempre has sido una excelente actriz; definitivamente, actuar es lo tuyo.

Al oír estas palabras, María se enfureció tanto que su rostro se transformó.

Después de todo, María siempre había querido ser la jefa de la empresa y tener la última palabra en todas las decisiones.

Que Alicia apareciera de repente de la nada y se lo arrebatara era algo que no podía tolerar.

Pedro, sin embargo, se burló diciendo: —Su actuación es pésima, aparte de su papel de víctima en la familia García, no se ha destacado en nada más.

María, furiosa, con los ojos llorosos, se dió la vuelta y salió corriendo del salón de descanso; esto era algo demasiado humillante.

Jorge observó atento a Alicia: —Fuiste astuta al lograr que se pusiera de tu lado.

—No era cuestión de astucia, sino de estar en lo correcto. Ellos se sintieron culpables, por eso me apoyaron.

Sin embargo, Alicia no estaba segura de cuánto durará ese sentimiento de culpa.

Pero solo necesitaba acorralar a María un poco para que aparecieran los que manipulaban desde las sombras.

Alicia, desde el rabillo del ojo, vio a María parada en la puerta; al parecer María aún no se había ido.

María había soñado con echarla de la familia García y tomar su lugar, incluido el de su propio padre.

Ella no permitirá que estos dos consiguieran lo que deseaban.

Sonrió con sarcasmo: —Está bien, ¡acepto la reconciliación!

Mientras pretendiera volver a la familia García, quizás María y las personas detrás de ella no podrán contenerse.

Después de que Alicia terminó de hablar, María no pudo resistirse a salir de detrás de la puerta, mirando a Jorge con una expresión lastimera: —Jorge, ¿también aceptas que ella vuelva a la familia García?

¿Por qué esta mujer despreciable de Alicia tiene que volver después de haberse ido?