Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 486

—Deberías saber también que Jorge me está amenazando con las propiedades de mis padres, ya que la división de los bienes nunca se formalizó con un contrato escrito. Por lo tanto, no puedo recuperar esos objetos por ahora y no quiero que caigan en manos de la malvada María.

—El abogado Emilio me ha hablado de esto. Litigar lleva tiempo, pero no necesitas regresar a la familia García por eso.

Roberto tomó con cariño su mano: —Tampoco tienes que temer por los asuntos de la familia Pérez; la última vez fue porque yo no estaba.

—Incluso si estuvieras, esto no cambiaría nada. Al fin y al cabo, la familia Pérez tiene una posición extraordinaria en el mundo de las noticias. Las personas comunes no son rivales para ellos.

Al oír las palabras de Alicia, Roberto pensó un momento antes de expresar: —Alicia, no necesitas ser tan cautelosa.

—Después de todo, esto es Piedraplata; a veces tienes que inclinar un poco la cabeza.

Alicia lo miró seriamente: —Pero mi decisión de volver a la familia García no es solo por la herencia que mis padres me dejaron, hay una razón muy importante detrás de todo esto.

—¿Qué razón?

Ella dijo: —Descubrí que casualmente el accidente de aquel año tiene otros secretos ocultos.

El corazón de Roberto se suspendió de inmediato, y tardó un buen rato en responder: —¿Qué descubriste?

¿Ella descubrió su propia existencia?

En ese preciso momento, se sintió como un prisionero esperando la sentencia en el patíbulo.

—Descubrí que el padre de María no está muerto.

Roberto expresó su sorpresa: —¿Él no era el conductor de tus padres? Supuestamente murió en esa explosión.

Él también estaba en el lugar en ese preciso momento, y vio todo el proceso de la muerte del conductor cuando este regresó al auto y el vehículo explotó.

En esa situación, era imposible que no hubiera muerto.

Alicia afirmó: —Siempre pensé eso, pero recientemente hice que el personal de Impacto Global PR vigilara a María, y no esperaba que la capturaran reuniéndose con un hombre de mediana edad.

—¿Estás segura de que el hombre en la foto es el padre de María?

—Estoy segura de eso, no me equivoqué.

Roberto le acarició la cabeza: —Son solo suposiciones, después de tantos años, necesitaremos tiempo para todo eso.

—Lo sé, pero el accidente de aquel año no fue tan simple como parecía. Jorge dijo que el conductor estaba relacionado con la familia Mendoza, y había más personas dentro del auto.

Los labios delgados de Roberto se tensaron, perdiendo de esta forma la capacidad de hablar por un momento.

Incluso sus dedos temblaban.

Por fin, dijo: —¿Y qué planeas hacer cuando encuentres a esa persona?

—Por supuesto, preguntarle qué asuntos tan urgentes tenía, ¿por qué el conductor tenía que ir tan rápido y pasar el semáforo en amarillo?

Alicia se emocionó demasiado: —Si no hubiera cometido esa imprudencia pasándose el semáforo en amarillo, el accidente nunca habría ocurrido.

Si el accidente nunca hubiera ocurrido, entonces todo esto nunca habría sucedido.

Los ojos de Alicia brillaban con resentimiento: —¡Él también debería pagar un precio!