Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 493

Cuando Alicia llegó a la puerta, Jorge había corrido hacia ella..

—Alicia, ¡detente!

—Si las palabras no cuentan, no tengo razón para quedarme.

Alicia no hizo ninguna concesión.

Jorge cambió de expresión y, con cierta dificultad, dijo: —Debe haber sido un malentendido por mi parte, pensé que fuiste tú quien empezó el problema.

¿Y qué sucedería con el asunto de Pedro y Raúl si Alicia se fuera en este momento? Él no podría asumir esa responsabilidad.

Alicia, con una sonrisa sarcástica, dijo: —¿Te equivocaste tú, o fue que alguien más lo dijo a propósito?

Jorge bajó un poco el tono: —¿Acaso importa eso?

—Claro que importa y mucho. Antes todos preferían mediar sin principios, pero ahora estoy harta y necesito una explicación clara a todo esto.

Después de que Alicia terminó de hablar, Pedro arrastró a María hacia fuera.

Pedro miró fijamente a María con la cabeza agachada: —Repíteme lo que le dijiste a Jorge hace un momento.

María, sintiéndose culpable, miró atemoirzada a Jorge: —Jorge, yo, yo no dije que Alicia me había golpeado.

En el fondo, Jorge se sintió algo incómodo.

Aunque María no había dicho eso, el tono sugería con claridad que fue Alicia quien la golpeó.

Jorge pensó un momento y le dijo a Alicia: —Escuché mal, ¿eso te satisface ahora?

—Jorge, si admites que escuchaste mal, entonces deberías disculparte en este instante con Alicia.

Vicente se acercó: —Exactamente, Jorge, pensaste que Alicia había hecho algo malo, entonces el error es tuyo, no de ella. Alicia ha sufrido demasiado por nuestras malas interpretaciones, no podemos permitir que esto vuelva a suceder.

La expresión de Jorge era muy reacia; después de todo, él era el hermano mayor, ¿cómo podría disculparse?

María, dándose cuenta del pensamiento de Jorge, se apresuró a decir: —Después de todo, Jorge es el hermano mayor, en realidad fue mi culpa; mis comentarios llevaron a Jorge a este malentendido, yo me disculparé con ella.

Jorge se sintió bastante aliviado al ver que María asumía la responsabilidad de sus actos, especialmente porque él había estado molesto con María justo antes.

Cuando María se acercó a Alicia con fingida sinceridad, Alicia furiosa levantó la mano y le dio una bofetada.

Alicia soltó con desprecio su mano, limpiándola a propósito en la ropa de María.

María se enfureció tanto que casi le da un derrame, claramente fue un acto intencional de Alicia, pretendiendo volver a la familia García para arrebatarle todo.

Todos regresaron al salón, y Diego se acercó diciendo: —Señor Jorge, ¿podemos cenar ya?

Cuando Alicia vio a Diego, la frialdad en sus labios se intensificó mucho más.

Así que había llegado a Piedraplata.

Diego notó la mirada fulminante de Alicia, pero no se atrevió a mirarla.

Al sentarse, cuando María intentó habitualmente tirar de la silla, Alicia se acercó y se sentó: —¡Muchas gracias!

María, enfurecida, exclamó: —¡Este es mi lugar!

—¿Ah sí? Pero a mí me gusta sentarme preciso en este lugar para comer.

Alicia no mostró ninguna intención de ceder el asiento.