Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 509

Alicia escuchó estas palabras y su mirada se volvió fría en un instante.

No podía tolerar que alguien hablara así de Roberto.

Miró a Vicente: —Lo diré por última vez, Roberto es la persona que me gusta.

—¿Qué sabes tú de gustar, siendo tan joven? Ahora que has llegado a Piedraplata, con la familia García como respaldo, el hombre con quien te cases solo puede ser el hijo de un rico, no ese pobre médico escolar.

Jorge estaba algo enfadado, ¡Alicia aún no había terminado con él!

Alicia rio despectivamente: —Con quién me case en el futuro no tiene nada que ver con ustedes.

—¿Cómo que no tiene nada que ver? Eres mi hermana menor, si te casas con un pobre médico escolar, ¿qué pensarán los demás de mí cuando se corra la voz?

Jorge ya había planeado el futuro para sus dos hermanas menores.

Si iban a quedarse en Piedraplata, entonces debían casarse con un rico y llevar una vida acomodada, lo que también beneficiaría a la familia García.

María intervino con timidez en ese momento: —Alicita, Jorge también está pensando en tu futuro, ¿qué beneficio hay en casarse con un pobre?

Aunque María realmente esperaba que Alicia se casara con un pobre, cuanto más lo decía, menos caso le hacía Alicia.

Alicia respondió con tono cortante: —¿Acaso quieres que sea como tú, arrastrándote ante Carlos, acostándote a la ligera con otros, para que al final la señora Paula te desprecie y te insulte?

María se puso furiosa de repente y su rostro cambió de color: —¡¿Qué estás diciendo?! No tengo ningún tipo de relación con Carlos.

—Esas palabras solo engañarían a un tonto, Carlos ya ha estado presumiendo con la gente a su alrededor, diciendo que hizo el amor contigo, que tu primera vez fue con él.

Jorge se enfureció al escuchar esto, y de un manotazo le dio una bofetada a María: —¿Cómo puedes tener tan poca dignidad?

Después de recibir la bofetada, María sintió un ardor intenso en la cara, incrédula de que Jorge cambiara de actitud tan rápido.

Jorge, con el rostro pálido de ira, interrogó a María: —¡Habla!

María tartamudeó en su respuesta: —Jorge, también fui engañada por Carlos.

—Te he dicho antes que puedes tener novios, pero que no te acuestes a la ligera con los hombres, ¿mis palabras te entraron por un oído y te salieron por el otro?