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Alicia se dio cuenta de que Jorge ahora tiene quejas contra María.
Después de todo, el incidente de hoy con María, quien se puso un vestido a escondidas, ofendió a Belén.
Alicia no esperaba que María le diera tan directamente el control de la situación y, además, fue descubierta por Belén.
Ella originalmente estaba preocupada de que Belén pudiera ser acosada por María, pero resultó que Belén también tiene su fuerza en la batalla.
Jorge tardó un rato en expresar una frase: —Con el tiempo, se disolverá la adopción, y María ya no tendrá ninguna relación con la familia García.
—Pero ahora, ustedes todavía no han disuelto la adopción, ¿verdad? Si esto se llega a saber, nuestra familia Pérez también se avergonzará. Incluso podrían pensar que María tiene un lío con los hombres de su familia.
Belén habló sin cortesías.
Su posición y estatus están claros; si tuviera que soportar a María, no habría sobrevivido hasta hoy en la familia Pérez.
Jorge dijo entre dientes: —Me ocuparé de esto.
En ese momento, María rompió a llorar de repente: —Jorge, ya te dije que ahora soy mayor de edad, puedo mudarme de la familia García para evitar chismes.
Belén soltó un bufido frío: —Las piernas están en tu cuerpo, si quieres irte, ¿quién podría detenerte?
María se atragantó y comenzó a llorar con la cabeza baja.
Marco, que estaba mirando, se sintió muy afligido y maldijo: —Una cuñada que ni siquiera se ha casado con nosotros, ¿qué derecho tiene de ser tan arrogante aquí?
—No me llames cuñada, no quiero tener ninguna relación con gente como ustedes.
Después de decir esto, Belén se dio la vuelta y salió del reservado.
La expresión de Jorge cambió de inmediato y, al mirar a María y a Marco, dijo: —¡Esperen a que regrese para ajustar cuentas con ustedes!
Jorge salió corriendo tras ella.
Alicia estaba algo preocupada por Belén, pero al ver la mirada que Belén le lanzó, se sentó de nuevo.
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