Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 597
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Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate por Internet
La expresión de Alicia era muy calmada, notó los cambios en el semblante de Gabriela.
En cuestión de segundos, el rostro de Gabriela pasó de la incomodidad a la ira, para finalmente recobrar la calma con rapidez.
Alicia no pudo sino admirar su habilidad para controlar sus expresiones.
La última vez en la cafetería, fue engañada por Gabriela.
La sonrisa de Gabriela se desvaneció y su tono adquirió un matiz de arrogancia: —Pero yo crecí con Beto, nuestras familias son equivalentes en estatus. Sin embargo, contigo es diferente, él incluso tiene que ocultarte su verdadera identidad, ¿cuán sincero puede ser contigo?
Al escuchar estas palabras, Alicia sintió un malestar natural.
Sus labios se curvaron en una sonrisa fría: —Señorita Gabriela, ¿ya no te escondes?
La mirada de Gabriela mostró un atisbo de molestia: —¿Esconder qué? Todo lo que te he dicho ha sido por tu bien, ¿realmente creías que tenías derecho a casarte con él?
—Pero señorita Gabriela, has estado planeando durante años casarte con un hombre más rico, ¿no es así? Pero qué lástima que al final fracasases, solo te queda intentar socavar mi relación con Roberto.
Alicia, tras escuchar a Teresa aclarar ayer que Roberto y Gabriela no tenían un compromiso, supuso que todo era una intriga de Gabriela.
Después de todo, Gabriela también estaba en La Casa del Sabor el día en el que se encontraron, y ya entonces sabía sobre su relación con Roberto.
Desde esa llamada telefónica, Gabriela empezó a maquinar.
Sin embargo, el hecho de que Gabriela conociera la contraseña del celular de Roberto, incomodaba a Alicia.
La expresión de Gabriela se ensombreció de inmediato, Alicia realmente era astuta.
Gabriela bajó la voz: —¿Y qué? Él no te revela su verdadera identidad porque teme que al final te aferres a él. Deberías haberle preguntado, no tardará en tratarte con frialdad; después de todo, es imposible que se case contigo.
Gabriela habló mucho, pero observó que Alicia permanecía imperturbable, lo que desalentó aun más su corazón.
De repente, Alicia soltó una risa, y el tono burlón en sus ojos hirió instantáneamente a Gabriela.
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