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Alicia miraba a Lucía: —¿Acusar a otros de ladrón es lo que enseña la familia Mendoza?
Lucía estaba atónita en ese momento, ¿quién habría imaginado que Alicia podría probar su inocencia?
Entonces llegó Beatriz, tardía, al lado de Lucía: —Lucía, ¿has causado problemas otra vez?
—Madre, pensé que había perdido la pulsera, no me imaginé que un amigo la hubiera robado, realmente no lo esperaba.
Lucía se apresuró a refugiarse detrás de Beatriz.
Beatriz miró directamente a Alicia: —Lo siento, Lucía es un poco impulsiva y no muy brillante, suele hacer este tipo de tonterías.
Finalmente, Alicia vio a Beatriz, era muy parecida a Gabriela.
Ella respondió con indiferencia: —Quien comete el error, que se disculpe, que Lucía empuje a su propia madre a disculparse, eso es muy irrespetuoso.
Beatriz frunció el ceño, ella era un poco arrogante.
Jorge se acercó a Alicia: —Ya es suficiente, ahora también se ha demostrado que no tiene nada que ver contigo, no hay necesidad de ser tan agresiva, ¿verdad?
Sería bueno darle un respeto a la familia Mendoza, así también beneficia a la familia García.
Beatriz ni siquiera miró a Alicia, sino que se dirigió directamente a Jorge: —Lo siento mucho, causamos un malentendido tan desagradable.
—Señora Beatriz, mi hermana también es bastante impaciente y directa al hablar.
—Los niños son así, no lo tomaré a mal. Más tarde podemos tener una comida en privado para resolver este asunto, ahora es el banquete de la familia Pérez, no deberíamos seguir causando un escándalo, se ve mal.
Jorge asintió: —Por supuesto.
Alicia soltó una risita: —Está bien, esperaré que la familia Mendoza me dé una explicación.
Ella también sabía que el punto central del banquete de hoy no era este momento, definitivamente no deberían seguir perdiendo tiempo.
Alicia miró a Belén: —Estoy bien, no te enfades.
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