Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 648

María se apresuró a situarse al lado de Marco, mirando intencionadamente hacia Jorge y dijo: —¿Qué pistas ha descubierto Jorge? Tal vez, si todos colaboramos, podríamos tener éxito.

María se sentía nerviosa por dentro, quería saber qué había descubierto Jorge exactamente.

No podía permitir que se descubriera que su padre aún vivía, porque eso significaría su fin.

De repente, Alicia miró a María, con sarcasmo en sus ojos: —¿Por qué tanta prisa?

—Yo también soy parte de la familia García, claro que quiero ayudar.

La mirada de María era algo culpable, solo podía bajar la vista hacia Marco.

Como era de esperarse, Marco continuó presionando a Jorge: —Jorge, ¿qué pistas has encontrado exactamente? Dínoslo ya.

Jorge no dijo nada.

Marco pensó un momento y dijo: —Jorge, ¿es que no quieres que Alicia se entere? Mejor así, después de todo, ella te traicionó, definitivamente no debemos decirle nada, luego hablas con Mari y conmigo.

Un cálculo cruzó por la mente de María; si lograba mantener a Marco bajo su control, entonces podría saber qué había descubierto Jorge.

Jorge asintió, mirando a Alicia y dijo: —¿Oíste eso? Tú arruinaste mis planes, ¿todavía esperas que te revele las pistas?

La comisura de los labios de Alicia se curvó fríamente: —Pero la que hizo algo vergonzoso fue María, ¿qué sentido tiene amenazarme a mí? Desde pequeñas, siempre ha sido ella quien comete errores y al final me culpa a mí.

El rostro de Jorge cambió, se giró para mirar a María: —A partir de hoy, ya no tienes ninguna relación con la familia García, mejor vete a vivir a otro lugar.

Jorge realmente no quería seguir viendo a María, la tonta, en la familia García porque molestaba.

Ahora, el video de María con Carlos se había convertido en el hazmerreír de la alta sociedad, y él no podía permitirse mantener a María.

—¿A quién culpo si no es a ti? Te llevaste todo nuestro dinero para emprender y después de tanto tiempo no has logrado nada en Piedraplata, ¿a quién culpo?

Después de decir esto, Marco tomó de la mano a María: —Mari, vámonos, de ahora en adelante vivirás en mi habitación, quiero ver cómo Jorge te echa.

En los ojos de María brilló un atisbo de desagrado, pero al notar la mirada gélida de Jorge, supo que estaba decidido a echarla.

María no tuvo más opción que seguir a Marco.

Después de que se fueran, Alicia miró la espalda de María, también quería saber cómo iba a salir de esta situación.

Jorge la miró fríamente: —Alicia, si me ayudas a reconciliarme con Belén, te diré qué pistas he encontrado, ¿qué te parece?

Él estaba seguro de que Alicia aceptaría.