Resumo do capítulo Capítulo 716 de Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate
Neste capítulo de destaque do romance Reencarnación Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
—Raúl dijo que cuidaría de Pedro por mí, así que volví.
En realidad, fue Raúl quien mencionó que había numerosos asuntos pendientes en casa y que le preocupaba que Jorge fuera engañado por María, por eso le urgió a regresar.
Alicia, sin embargo, no se sorprendió, después de todo, Vicente siempre había sido el tipo que intentaba mediar y suavizar los conflictos.
Ella habló de forma despectiva: —Has regresado justo a tiempo. Esta villa ya está a mi nombre. Es mi casa. Por lo tanto, no permitiré que nadie modifique la decoración a su antojo.
Marco se enfureció: —Alicia, Jorge solo hizo esto porque lo forzaste. ¿Cómo puede la casa ser tuya?
—Porque el título de propiedad lleva mi nombre. Si ustedes insisten en provocarme, llamaré a la policía. De igual manera los echarán.
Alicia no cedió ni un milímetro.
Vicente se enfadó y dijo: —Basta ya, dejen de pelear. Dado que la villa ya es de Alicita, es lógico que tenga derecho a decidir sobre la decoración.
—Vicente, ¿tú también estás de parte de Alicia? Cuando Mari me lo dijo, no lo creí. Pero ahora, no tengo más remedio que aceptarlo.
—Marco, si yo aprobara que ustedes cambiaran la decoración, ¿eso no sería también tomar partido por ustedes?
Marco replicó con total convicción: —Mari y yo vamos a casarnos. ¿No sería normal que nos favorecieras?
—Lo que no es normal es tu cabeza. No quiero favorecer a nadie. La casa es de quien figure como propietario, y por tanto, esa persona decide que hacer con ella.
Vicente se sintió decepcionado al ver la actitud obstinada de Marco. Desde niño, Marco no había cambiado en lo absoluto: seguía siendo un tipo egoísta y egocéntrico.
En ese momento, al ver que Marco no podía hacer nada más, María finalmente apareció.
Se colocó junto a Marco y dijo con tono agraviado: —Vicente, renové la casa pensando en la familia García. Recientemente, el proyecto de inteligencia artificial en el que invertimos ha tenido mucho éxito, y hay cantidad de gente interesada en colaborar con Jorge. Pensé en aprovechar mi boda para invitar a todos, reunirnos y estrechar así lazos.
Vicente hizo mala cara tras escucharla: —¿Jorge ya transfirió el dinero?
—La primera transferencia ya fue realizada.
En el fondo, María se sintió complacida. Su plan estaba a punto de concretarse.
Él había diseñado originalmente ese proyecto, y aunque luego fue Jorge quien lo administró, Vicente conocía a la perfección su estado real.
Alicia, que escuchaba al costado lo que decía María, confirmó que en efecto la primera transferencia de dinero ya se había hecho.
Entonces, colocó de forma deliberada su bolso Valiraé a un lado y, con cierta altivez, dijo: —¡Cambien de nuevo esas horribles las cortinas, o de lo contrario todos ustedes se largan!
A estas alturas, ¿acaso tenía que seguir aguantando agravios?
María, con voz dolida, le dijo: —Alicita, sé que no te gusta esta decoración, pero es mi boda y yo...
—¡Te callas, tú también te largas!
María rompió a llorar, y Marco, furioso, empujó a toda velocidad su silla de ruedas hacia Alicia: —¿Sabes que ese día también vendrá el jefe de Promesas Inversiones?
La mano de Alicia se detuvo en seco.
Justo era eso lo que llevaba tiempo investigando sin éxito alguno: no había podido encontrar ninguna pista sobre el verdadero dueño detrás de Promesas Inversiones.
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