Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 751

Alicia miraba a Beatriz, separadas solo por una pared y esperando que dijera la respuesta.

—¡Habla de una vez por todas! ¿Dónde está el Chacal? ¡Estos años también lo he estado buscando! ¡Se ha escondido muy bien, y además se quedó con mi dinero!

Beatriz, asustada, respondió: —Él trabaja en un taller de reparación de vehículos. ¡Puedes ir a buscarlo y ajustar cuentas con él!

Beatriz lo dijo de manera escueta, sin ninguna vacilación.

Alicia hizo mala cara, pero ahora él ya había huido.

Roberto intervino: —Sigue preguntando. Haz que diga la verdad sobre el accidente de auto de aquel año y el paradero del Chacal durante todos estos años.

El interrogador, tras escuchar esto, habló sin rodeos: —Durante todos estos años mantuviste contacto con el Chacal, ¿cierto? ¡Y todavía dices que ustedes no se aliaron para robarme el dinero!

—¡No lo hice! Solo tienes que ir al taller a buscarlo, o puedo llamarlo por ti.

Beatriz ahora odiaba con el alma a El Chacal. ¡Ese maldito idiota!

Con rapidez, tomaron el celular de Beatriz. Después de desbloquearlo, abrió la agenda y marcó su número, pero el celular estaba apagado.

Beatriz se puso muy nerviosa: —Siempre nos comunicamos a través de este número, no tengo motivos para mentirte. Lo digo muy en serio. Incluso puedo darte algo de dinero como compensación. Solo tienes que dejarme ir, así podrás recibir el dinero.

Lo único que Beatriz deseaba en ese momento era salir pronto de ese lugar.

—¿Después de todo lo que me hiciste sufrir ese año? ¡He tenido que vivir escondido durante todos estos años! ¿Y ahora crees que con darme un poco de dinero es suficiente?

—¿Entonces qué quieres que haga?

Beatriz estaba al borde del colapso: —¡Si me pasa algo, alguien vendrá a buscarme pronto! Además, mi mejor amiga es la señora Teresa. Con la ayuda de la familia González, no podrás esconderte por mucho tiempo. Será mejor que aceptes el dinero y me dejes ir. ¡Esa es tu mejor opción!

Apenas terminó de hablar, Beatriz recibió una sonora bofetada, y de pronto la venda de sus ojos cayó al suelo.

Entonces Beatriz pudo ver todo lo que había en la habitación. Era un lugar bastante sucio y desordenado, con claridad se veía que no era un sitio agradable.

El corazón de Beatriz se estrujó de golpe. No sabía si su familia ya se habría dado cuenta de su desaparición.

Si era Gabriela quien lo había descubierto, sin duda alguna acudiría a su buena amiga Teresa.

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