Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate romance Capítulo 756

Resumo de Capítulo 756 : Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate

Resumo do capítulo Capítulo 756 de Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate

Neste capítulo de destaque do romance Reencarnación Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.

Qué ridículo era todo esto.

Entonces, a partir de ahora, la familia Mendoza tendrá que empezar a pagar un alto precio poco a poco.

El vehículo se alejó, y recién entonces Roberto apartó la mirada.

Gabriela estaba al borde del llanto; nunca había sufrido semejante humillación.

Con rapidez recompuso su expresión y, con un tono lastimero, dijo: —Beto, tu mamá me ha asignado a tanta gente, pero aun así tengo miedo. Acompáñame, por favor.

Roberto retiró su mano, con frialdad en la voz: —¿Por qué desapareció tu madre?

—Tampoco lo sé. Los captores no han llamado para pedir rescate. Escuché que mi mamá desapareció en un salón de belleza. Pero por ahora no hay pista alguna que indique que se haya ido. Supongo que tal vez los culpables todavía estén escondidos por aquí y no se hayan atrevido a marcharse.

Roberto reflexionó por unos segundos ya tenía una idea en mente.

A paso largo subió con Gabriela al piso superior, mientras las personas asignadas ya habían comenzado a buscar ansiosas por todas partes.

Gabriela, al ver a los miembros de la familia Mendoza, corrió de inmediato a preguntar qué sabían.

Mientras tanto, Roberto sacó apresurado su celular y le envió un mensaje a Rocío. Ahora era su turno de poner a prueba a la familia Mendoza.

Quería saber por qué Beatriz había hecho tal arreglo en el pasado.

En breve, Gabriela recibió un mensaje de los secuestradores. Aterrada, fue corriendo a buscar a Roberto: —Beto, los secuestradores han enviado un mensaje.

—¿Qué dijeron los secuestradores?

—Dijeron que mi mamá les debe una cuantiosa suma de dinero. Que hace más de diez años le hicieron un inmenso favor, pero que ella se echó para atrás y no les pagó.

Roberto arqueó una ceja: —¿Qué hizo tu madre hace más de diez años?

—¡¿Cómo voy a saberlo?! Mi papá vendrá en un rato. Tal vez él sí lo sepa.

Gabriela temblaba de miedo: —Beto, ¿tú crees que le pasará algo a mi mamá?

—Si tu madre no hizo nada malo, por supuesto que no le pasará nada.

Roberto le echó una mirada inquisidora a Varron: —Entonces esperemos a que vuelvan a contactar.

Gabriela preguntó: —Papá, ¿llamamos a la policía?

—¡No se puede llamar a la policía!

Varron rechazó de inmediato la propuesta. Si la policía llegaba a enterarse de lo que ocurrió en aquellos años, la familia Mendoza también se vería implicada en este asunto.

Gabriela, al ver esto, supo que sin duda había algo oculto.

Tiró a Varron hacia a un lado y le preguntó en voz baja: —Papá, ¿qué fue lo que pasó? ¿Por qué secuestraron a mamá?

Varron vaciló por unos minutos, echó una mirada furtiva a Roberto y se notaba visiblemente nervioso.

Bajando aún más la voz, dijo: —Esto no puede saberlo Roberto. Si se entera, la familia Mendoza estará acabada.

Gabriela quedó petrificada, con el corazón sobresaltado. ¿Pero qué demonios había pasado?

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate