¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo romance Capítulo 1013

En el interior de la villa principal, Lola seguía llorando, insistiendo en ir al muelle para buscar a su hija.

Joaquín estaba a su lado intentando calmarla; ella estaba herida, definitivamente no podía ir al muelle ahora.

Al enterarse de lo sucedido con Ledo, decidió primero estabilizar a Lola, salió del dormitorio y bajó las escaleras para preguntar sobre la situación.

Al ver a Ledo, el corazón de Joaquín dio un vuelco repentino.

¡El rostro del niño, a primera vista, se parecía un poco al de su hija!

Los rasgos de Ledo venían de Aspen, pero también tenía un aire a Carol, después de todo, Carol era su madre.

Joaquín, instintivamente, pensó en Carol de niña, y una sensación de cercanía brotó espontáneamente.

Miró a Ledo y antes de que pudiera preguntar, Ledo comenzó a llorar con un "¡wah!".

Corrió hacia él y se aferró a sus piernas.

"Abuelo, sálvame, unos malos me capturaron, buaa..."

Joaquín quedó atónito, "…"

El asistente de Joaquín, viendo la situación, se apresuró a acercarse, intentando tomar a Ledo en brazos.

¡Este pequeñín había manchado los pantalones del Sr. Ortega con su moco!

"Pequeño, ven que te abraza."

"No, no tú, quiero que me abrace abuelo." Ledo se aferró a las piernas de Joaquín sin soltar.

Antes de que el asistente pudiera decir algo más, Joaquín lo detuvo. Su hija Alma también le gustaba abrazarse a sus piernas cuando era pequeña.

Joaquín sintió un nudo en la garganta, se inclinó, levantó a Ledo en brazos y, con una mirada llena de ternura, le secó las lágrimas, preguntando:

"No llores más, primero dime, ¿cómo llegaste a mi casa? ¿Dónde están tus padres?"

Ledo sollozó,

"No estoy seguro, solo sé que esos malos me capturaron, me perseguían, tenía mucho miedo, buaa..."

El guardaespaldas de la familia Ortega explicó,

"Cuando lo encontramos, ya estaba corriendo y llorando. De hecho, había alguien persiguiéndolo, esa persona no parecía tener buenas intenciones. Intentamos atraparlo, pero saltó la valla y escapó. Nuestros hombres todavía lo están buscando afuera."

Ledo dijo: "Debe ser un traficante de niños."

El hombre de cicatrices: "..." Yo, ¿un traficante de niños? ¡Gracias, qué honor mío!